Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce que el avance de las telecomunicaciones y el acceso a banda ancha son esenciales para lograr ciudades y comunidades sostenibles.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce que el avance de las telecomunicaciones y el acceso a banda ancha son esenciales para lograr ciudades y comunidades sostenibles.
BID Invest es la institución del sector privado del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID) focalizada en el área de negocios de América Latina y el Caribe. Su objetivo es financiar empresas y proyectos sostenibles para que alcancen resultados financieros y maximicen el desarrollo económico, social y medioambiental en la región.
Esta entidad presentó el estudio denominado “La evolución de las telecomunicaciones móviles en América Latina y el Caribe”, que analiza la realidad de este sector en 26 países.
El estudio aborda el despliegue tecnológico y la adopción de las tecnologías móviles por parte de los consumidores, así como las tendencias entre 2000 y 2017 de la incorporación de teléfonos móviles en cada uno de los 26 países de América Latina y el Caribe que son miembros del BID.
Según se explica en el estudio, la industria de las telecomunicaciones concretó cuatro avances: las generaciones 2G, 3G y 4G, las que, a su vez, están asociadas a un aumento de las inversiones por parte de las empresas del rubro.
Desde fines de la década de 1990 hasta 2017, cuatro nuevas generaciones requirieron inversiones conjuntas equivalentes a 0,15% del producto interno bruto (PIB) mundial.
El informe revela que a pesar del aumento exponencial de los suscriptores de teléfonos móviles, del 1% de la población de América Latina y el Caribe en 2000 a más del 70% en 2017, actualmente menos del 20% adoptó la tecnología 4G, lo que impide el acceso a la mayoría de las aplicaciones digitales más recientes y frena el impacto en el desarrollo de la región. Agrega que alrededor del 40% todavía están trabajando en la tecnología 2G.
Uruguay es uno de los países con mayor nivel de adopción de la tecnología 4G, con una tasa de adopción ubicada por encima al 50%, mientras que Argentina y Chile se encuentran en más del 40% y Brasil está a punto de alcanzar el 40%.
En el otro extremo, muchos países de América Central y el Caribe alcanzaron tasas de adopción 4G por debajo del 10%.
En cuanto a la tasa de penetración de la telefonía móvil, Uruguay junto a Argentina y Chile cuentan con más del 90%, valores alcanzados entre 2011 y 2014.
En otros países, como Colombia y Ecuador, hay una tasa aproximada de 65%; al tiempo que en Brasil, Jamaica y Paraguay llega al 70%.
Doble desafío para la región
A nivel de la industria y las empresas de telecomunicaciones, en muchos países este sector de la economía se encuentra privatizado desde la década de 1990; el sector público también está presente en once países, como sucede en Uruguay, donde la empresa estatal Antel es uno de los mayores operadores en el mercado.
En Bahamas, Belice, Bolivia, Costa Rica, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay, empresas públicas atienden al menos al 40% de la base de clientes.
El estudio reflexiona sobre un doble desafío para la región. Por un lado, los países deben estimular inversiones en tecnologías y, al mismo tiempo, reducir las diferencias en cuanto al acceso de su población, a fin de que las personas con menores posibilidades no queden relegadas. Por otro lado, la región necesita mantenerse al día con los proyectos innovadores.
El estudio hace énfasis en que el avance de las tecnologías de telecomunicaciones es esencial para lograr infraestructura, ciudades y comunidades sostenibles. “No es posible pensar en dispositivos de infraestructura de medidores inteligentes, edificios verdes inteligentes o centros de coordinación de catástrofes en toda la ciudad sin servicios modernos de telecomunicaciones”, detalla.
En cuanto a la disponibilidad de banda ancha, destaca su utilidad para crear puestos de trabajo y oportunidades comerciales, aumentar la productividad y conectar a las personas y los mercados.
“Los servicios de telecomunicaciones de calidad tienen el potencial de aumentar las oportunidades para las poblaciones más vulnerables al disminuir la brecha digital. La disponibilidad de banda ancha afecta positivamente al empleo, a la productividad de la empresa y al crecimiento económico”, indica. (Fuente: Secretaría de Comunicación Institucional)