Arte y Espectáculos

Sección: “Storytelling a la carta, por Luisa Himiob”

The Guernsey Literary & Potato Peel Pie Society

 Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, 2008 

 

Hace unos meses, durante una comida de amigos, nuestro “guru literario” –bautizado así por ser el que siempre nos trae las últimas noticias del mundo literario-  nos recomendó leer The Guernsey Literary & Potato Peel Pie Society, novela ambientada en 1946 y publicada a principios de este año. El solo título ya fue razón suficiente para ver de qué iba la obra.  Semejante título, difícil de retener de buenas a primeras, debía tener un significado importante. Igualmente particular es la forma literaria escogida por la autora para presentarnos la trama de su relato: el intercambio de cartas entre una emergente escritora londinense y el dueño de una granja de cerdos en una de las Islas del Canal.  Ella, en busca de nuevos paisajes dónde sembrar su pasión y él, aferrado a vivencias demasiado recientes y dolorosas pero con deseos de vida y futuro.

Londres y Guernsey, tienen maneras muy diferentes de vivir la época de la posguerra. En Londres, el frenesí de sus habitantes por recuperar los años perdidos, contrasta con el ritmo lento de Guernsey. Los primeros huyen de los recuerdos, perdidos en la extravaganza de salones deslumbrantes; los otros, anclados en el pasado con aplastante terquedad,  se refugian en la intimidad de un club de lecturas dónde la risa y las lágrimas comparten el escenario a partes iguales.

No tardó en salir la versión cinematográfica. Vi la película por curiosidad buscando apreciar si las caras y rasgos de personalidad de los protagonistas en algo se parecían al dibujo mental que yo hice  de los mismos al leer el libro. Las interpretaciones de un elenco de primera y las visuales del paisaje de Guernsey, me permitieron agregar una dimensión tridimensional a mi propia imaginación.

Siempre en busca del back story, encontré relativamente poco escrito sobre la autora del libro, Mary Ann Shaffer, bibliotecaria, editora y apasionada por la letra impresa. Me impresionó leer que nació y murió en los Estados Unidos y que su única relación con Guernsey fue durante un viaje que hiciera a la isla durante una visita a Londres en 1976. La suerte quiso –suerte para sus lectores- que una densa niebla la dejó varada en Guernsey varios días, tiempo que aprovechó para leer todo lo que ofrecía la pequeña librería del aeropuerto, incluyendo la obra Jersey under the Jack-Boot que dio pié a su fascinación por la época de la ocupación alemana en las Islas del Canal.

Shaffer logró interpretar de manera magistral el tan particular sentido del humor inglés, entremezclado con esos recuerdos de guerra que no sueltan y un caleidoscopio de necesidades, como bien lo expresa Dawsey el granjero en una de sus cartas, “We hunger for “connection, the company of other people, for fellowship.”   Pinceladas de un tejido en chiaroscuros: culpas, prejuicios, tristezas. Las cartas son testigo del desbordamiento emocional que los grandes eventos suelen traer a la superficie, traspasando el umbral de los espacios usualmente protegidos de nuestra intimidad.  Y, sin embargo, cada uno de sus personajes también nos regala momentos de humor y liviandad,  mostrándonos su humanidad, una suerte de inocencia y autenticidad con aspiraciones por un mejor futuro.

 

Mary Ann Schaffer murió poco antes de la publicación de la novela. Debido a su enfermedad le pidió a su sobrina, Annie Barrows, que terminara el libro.  Su obra no es una simple historia de guerra. Es un homenaje a la buena literatura, a los libros y el disfrute de la lectura. Y a esa olvidada costumbre de escribir cartas, hojas que reflejan más que su contenido; hojas que guardan la huella digital, los secretos y las ambiciones, tanto del autor como del lector.

 

 

 

 

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