«El senador John Sidney McCain III murió a las 4:28 pm del 25 de agosto de 2018. Cuando falleció estaban su esposa Cindy y su familia», dijo su oficina en un comunicado. «Al momento de su muerte, había servido a Estados Unidos de América de forma fiel por sesenta años».
Se le conocía como un «inconformista» por sus opiniones políticas independientes y a veces, divisivas. Probablemente su vida fue moldeada por los cinco años y medio que pasó como prisionero de guerra en Vietnam.
«Defiendo mi posición porque odio la guerra, y sé muy bien y de modo personal lo penosas que es su recompensa», dijo en marzo de 2008.
«Mi corazón esta roto. Tengo la suerte de haber vivido la aventura de amar a este increíble hombre durante 38 años. Murió en la forma en que vivió, en sus propios términos, rodeado de las personas que amaba, en el lugar que más amaba, dijo su esposa Cindy McCain.
Como piloto de la marina, McCain fue derribado en 1967 y encarcelado en el infame «hotel de Hanoi», donde fue frecuentemente golpeado. Tras finalizar su carrera militar, McCain fue elegido en 1982 a la Cámara de Representantes de EE.UU. por el estado de Arizona. Obtuvo un escaño en Senado cuatro años después.
Trabajó con los demócratas para normalizar las relaciones con Vietnam.
Denominó al escándalo de los Cinco de Keating de 1989, como una mancha en su carrera. Él fue uno de cinco senadores acusados de apoyar una legislación favorable al magnate financiero Charles Keating, a cambio de contribuciones a su campaña. Fueron castigados por la Comisión de Ética del Senado.
McCain intensificó sus esfuerzos para implementar recortes contra los despilfarros en Washington.
Por primera vez, en el 2000, intentó llegar a la presidencia en las elecciones del 2000. «Es una lucha por retomar nuestro gobierno de las personas influyentes y grupos de presión, y devolverlo a la gente y a la noble causa de libertad para lo que fue creado», dijo entonces.
McCain perdió en unas primarias duras contra el gobernador de Texas, George W. Bush.
Fiel a su reputación de buscar acuerdos bipartidistas, McCain trabajó con los demócratas en el senado en temas como la reforma de financiación de campaña.
A los 70 años, intentó llegar a la presidencia una última vez. McCain ganó la nominación republicana en el 2008 y, al elegir su compañera de fórmula —la gobernadora entonces de Alaska, Sarah Palin—, esperaban que energizara a la base del partido.
Pero Palin se convirtió en un imán para críticos, y McCain luchó por escapar de la sombra de la presidencia de Bush. Su rival, el senador Barak Obama, describió a McCain como desconectado del tema más importante del momento, la economía.
McCain obtuvo sólo un 45 % del voto popular. «No siento ninguna pena por algo que pudo haber sido. La campaña fue y seguirá siendo el gran honor de mi vida», dijo tras la derrota.
McCain siguió siendo un líder en el Senado por el resto de su vida, luchaba por unas fuerzas armadas fuertes y usó su autoridad moral como exprisionero de guerra para criticar al presidente ruso Vladimir Putin y al brutal régimen en Siria.
Como siempre, por su sinceridad, el senador McCain fue una espina ocasional para cada presidente estadounidense. Aún para los de su mismo partido.
«Creo que hay una disfuncionalidad significativa en el equipo de seguridad nacional del gobierno de Trump», dijo el senador. El entonces aspirante republicano Trump cuestionó en 2015 si McCain, habiendo caído prisionero, debía ser considerado héroe de guerra