La sonda Parker de la NASA estudiará el Sol durante los próximos 7 años y nos ayudará a desvelar algunos misterios sobre nuestra estrella.
Comienza el viaje a la corona del Sol. No llegará hasta 2025, pero este periplo hacia nuestra estrella pretende dar respuesta a una pregunta que ha estado desconcertando a los físicos durante décadas: ¿por qué la atmósfera del sol es mucho más caliente que su superficie? La atmósfera solar, llamada corona, es una región del sol violenta y caótica que puede emitir grandes explosiones de partículas y plasma, generando un «clima espacial» que puede interrumpir nuestras comunicaciones aquí en la Tierra.
Según la Unión Geofísica Americana, durante el huracán Irma en 2017, un destello solar hizo que las transmisiones de radio en las zonas más afectadas fueran más difíciles; es decir, la tormenta solar hizo que la tormenta terrestre fuera más peligrosa. Y los científicos temen que una tormenta solar lo suficientemente grande sea capaz de destruir las redes eléctricas.
La fuente del misterio es la corona solar
La nave espacial que viajará mucho más cerca que cualquier nave espacial, pues se aproximará paulatinamente hasta sumergirse en la corona del Sol, debe su nombre al científico Eugene Parker, quien teorizó sobre la existencia del viento solar: pedazos de materia tan energizados por el Sol que escapan de su gravedad y se extienden en todas las direcciones.
La sonda espacial deberá completar 26 órbitas alrededor del sol durante los próximos siete años. Y, a medida que se acerque a la estrella, la sonda tendrá que lidiar con miles de grados de calor sin derretirse.
«El sol es una estrella, y está viva cada segundo», dice Nour Raouafi, físico solar del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins. «Y estamos enviando una nave espacial que volará en esta misma atmósfera. Es un momento histórico».
Cómo llegar al sol
Después del lanzamiento desde Cabo Cañaveral, Florida, la sonda hará su primera pasada al sol en aproximadamente tres meses. Pero en realidad le llevará 7 años alcanzar la corona solar. Durante esos siete años, la sonda Parker utilizará la gravedad de Venus para alterar su órbita, acercándose gradualmente más y más al sol.
Cuando la nave alcance su máxima aproximación en 2025, viajará a una velocidad máxima de 700.000 kilómetros por hora, lo que la convertirá en la nave más rápida de la historia de la exploración espacial. Cuando esté muy cerca del sol, no podremos comunicarnos con ella. El sol en sí es un gran transmisor de radio; cualquier señal de la sonda Parker se perderá en el ruido.
¿No se derretirá la nave?
La sonda está equipada con un telescopio para tomar fotos de la corona y con instrumentos para registrar la actividad magnética y las partículas cargadas. Todos estos instrumentos necesitan operar a alrededor de 29,5 ºC lo que supone un desafío teniendo en cuenta el entorno en el que estarán operando. La temperatura de la corona solar es de millones de grados, pero la sonda Parker no se calentará tanto. Por un lado, mientras que las partículas emitidas por el sol son muy calientes, no están densamente unidas.
Dicho esto, la sonda Parker aún tendrá que lidiar con un calor de 1.370 ºC en su aproximación más cercana al sol, que es casi la temperatura del magma.
Aunque nos resulte sorprendente, Parker será capaz de manejar este calor. Un escudo térmico de carbón combinado con un sistema de radiación que funciona con agua podrá evitar que los componentes electrónicos de la nave se quemen. Para que esto funcione, hay truco: el escudo térmico siempre debe apuntar en la dirección del sol (¿alguien se acuerda de la película‘Sunshine‘?). El escudo térmico no puede inclinarse más de un grado en cualquier dirección sin arriesgarse a dañar el resto de la nave.
“La sonda Parker revolucionará la comprensión de nuestra estrella más cercana”, expone la NASA en un documento de presentación de la misión