El crecimiento económico de Estados Unidos probablemente se acelerará este año antes de ralentizarse en 2019 hasta muy por debajo del objetivo del 3% del Gobierno del presidente Donald Trump a medida que el estímulo fiscal se desvanece, proyectaron este lunes investigadores del Congreso.

En una actualización del panorama económico, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por su sigla en inglés) proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) crecería un 3,1% este año, por encima del 2,2 de 2017 debido a menores impuestos a la renta, un alza en el gasto gubernamental y la inversión privada.

El Gobierno recortó el impuesto a las ganancias corporativas y personales en enero en un paquete de US$1,5 billones, mientras que en marzo el Congreso aprobó una ley de gasto de US$1,3 billones.

Esas medidas impulsaron el gasto de consumidores y empresas, así como los desembolsos del gobierno, que se combinaron con un alza en las exportaciones de soja para que la economía crezca a una tasa anualizada de 4,1% en el segundo trimestre desde un 2,2% en el período enero-marzo. El ritmo de crecimiento de abril-junio fue el más alto en casi cuatro años.

Pero la CBO dijo que espera que el crecimiento se desacelere en la segunda mitad del año, a medida que el impulso del gasto del consumidor y las exportaciones agrícolas se desvanezca o revierta.

«De acuerdo a los pronósticos, en 2019 el ritmo de crecimiento del PIB se desacelerará a 2,4%, a medida que el crecimiento en la inversión empresarial y las compras gubernamentales se ralenticen», dijo el director de la CBO, Keith Hall, en un comunicado.

Los republicanos han dicho que los recortes de impuestos, que aumentaron la deuda del país, se pagarán solos al impulsar un fuerte crecimiento económico.

El Gobierno de Trump ha dicho que la economía puede sostener un crecimiento del 3% en el largo plazo, una afirmación que muchos economistas han disputado.

La CBO también advirtió que las tensiones comerciales afectarían el crecimiento del PIB más de lo previsto. Una escalada en la disputa entre Washington y China podría generar aranceles sobre todos los bienes comercializados entre las dos mayores economías del mundo.