El incidente tuvo lugar el pasado sábado 4 de agosto en un edificio en la cuadra 2300 de Fox Hills Drive, confirmó la policía de Los Ángeles.}
Fuente: https://laopinion.com
Dos trabajadores de la construcción contratados por el dueño de un exclusivo complejo de apartamentos en Century City, en Los Ángeles, fueron agredidos por una mujer y su esposo por motivos de raza.
Uno de los trabajadores hispanos grabó el momento de las agresiones, tanto de la mujer -incluido cuando le aventó café caliente en la cara- y luego de la pareja de ella, quien salió en bata a propinar más insultos.
El incidente tuvo lugar el pasado sábado 4 de agosto en un edificio en la cuadra 2300 de Fox Hills Drive, confirmó la policía de Los Ángeles.
Miguel Sánchez contó a KTLA5 que él y su compañero de trabajo habían aparecido para hacer reparaciones en el apartamento de un propietario cuando la mujer que iba con sus dos perros les bloqueó el paso al estacionamiento.
Sánchez comenzó a grabar el encuentro después de que la mujer usó un insulto racial y los acusó de ser un delincuente.
“Ella nos llamaba espaldas mojadas, y que probablemente estábamos allí para robar cosas”, dijo Sánchez a KTLA. “Después de todos esos comentarios raciales sobre nosotros, saqué mi teléfono y comencé a grabar”.
En el video, se puede escuchar a Sánchez narrando los hechos, los insultos de la mujer.
“Hay una mujer siendo súper racista y loca en este momento. Ella no nos deja entrar; trabajamos aquí”, contó en el video que publicó en Facebook y ya suma más de 34,000 reproducciones.
Los hombres mostraron el control remoto del garaje y las llaves del apartamento que les había dado el propietario para probar que podían estar allí, pero Sánchez dijo que eso solo alimentó la ira de la mujer.
“Ella dio dos pasos hacia adelante y arrojó el café directamente a mi cara”, como se muestra en el video.
Los oficiales de LAPD respondieron a la escena y notaron que la cara de Sánchez aún estaba roja, pero dado que las autoridades no presenciaron el incidente, la Policía dijo que le correspondía a Sánchez solicitar un arresto de persona privada.
Sin embargo, Sánchez temía que eso pudiese afectar su relación con la compañía que lo contrataba, y como no sufrió quemaduras graves, optó por no tomar ninguna represalia, aunque ella pudo ser detenida.