Es recurrente el estereotipo que coloca a las personas inmigrantes como una carga para un país, sin embargo, su aporte tiene un peso importante y positivo para la economía.

Un reciente estudio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización Mundial del Trabajo (OIT) evidenció que los extranjeros que trabajan en el país contribuyen de un 12 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

El informe además encontró que entre un 11,1 y un 11,9 por ciento del valor agregado local es aportado por este sector de la población.

El informe «Cómo los inmigrantes contribuyen a la economía de Costa Rica» hizo un repaso sobre el perfil de los trabajadores extranjeros.

Aunque casi ocho de cada 10 personas provienen de Nicaragua, también se encuentra en el país presencia importante de colombianos, estadounidenses y caribeños.

En el caso de los nicaragüenses, estos ganan en promedio un 60 por ciento menos que los trabajadores autóctonos. Lo anterior tiene su origen en el poco nivel educativo pues solo el 49 por ciento de ellos terminaron la escuela.

El estudio de la OCDE también destacó que los inmigrantes tienden a laborar en sectores de baja productividad como servicios domésticos, construcción y agricultura.

Un aspecto que puede ser calificado como negativo es que la llegada de extranjeros genera una mayor competencia en el mercado laboral, sin embargo, esta presión no afecta los salarios de los costarricenses.

También se evidenció que aunque los inmigrantes aportan menos desde el punto de vista tributario no generan una carga para el fisco.

El análisis destacó además que la presencia de extranjeros en trabajos como el doméstico permite el desarrollo profesional de mujeres locales que tradicionalmente se dedicaban al cuido de menores de edad y tareas del hogar.