Esta tajante posición del sector agrícola revela en parte por qué los legisladores estadounidenses –incluidos muchos del propio partido de Trump, como el senador Ben Sasse de Nebraska y el senador de Tennessee Bob Corker– rechazaron tan enérgicamente la propuesta.
Fuente: https://gestion.pe
Neal Bredehoeft, agricultor de maíz y soja en Missouri, resumió el sentimiento actual en todo el Medio Oeste. Entrevista tras entrevista, la respuesta de los agricultores a la promesa que realizó el presidente Donald Trump de proporcionar US$ 12,000 millones en ayuda fue esencialmente la misma: es bueno saber que está pensando en nosotros, señor presidente, pero lo que queremos es un rápido retorno al libre comercio.
Es «mejor obtener nuestros ingresos del mercado que del gobierno», dijo Bredehoeft. Esta tajante posición del sector agrícola revela en parte por qué los legisladores estadounidenses –incluidos muchos del propio partido de Trump, como el senador Ben Sasse de Nebraska y el senador de Tennessee Bob Corker– rechazaron tan enérgicamente la propuesta.
La ayuda planificada es una combinación de pagos directos a los agricultores, compras de productos agrícolas para programas de ayuda alimentaria y la intensificación de la promoción de nuevos mercados de exportación.
El paquete ofendió la sensibilidad de muchos agricultores que apoyaban tanto a Trump como a un partido que históricamente defiende al pequeño gobierno y el libre comercio, incluso si los agricultores ya son los destinatarios regulares de la ayuda del gobierno, incluidos unos US$ 9,200 millones en pagos solo este año.
El sector agrícola es la tercera industria de exportación de Estados Unidos. Los agricultores estadounidenses envían aproximadamente un tercio de su producción al exterior, generando un superávit comercial estimado de US$ 21,000 millones este año, aunque ahora esa cifra se ha visto amenazada después de que China impuso aranceles a la soja y otros productos agrícolas estadounidenses.
«Queremos acceso a los mercados», señaló Stan Nelson, un agricultor de maíz y soya de cuarta generación de Middletown, Iowa, mientras se dirigía a revisar su cosechadora en el concesionario local para preparase para la cosecha de otoño. «No queremos pagos del gobierno, pero apreciamos que el presidenteTrump reconozca la preocupación que hay en el país».
«Preferiríamos el comercio no la ayuda», señaló Dave Struthers, dedicado a la producción de maíz y soja y un criadero de 6,000 cerdos por año en Collins, Iowa. «Nos gustaría ver que las cosas se resuelvan en estos temas comerciales».
El paquete propuesto por el gobierno es como un “parche curita” que «disminuye el sangrado, no cura la herida», dijo Struthers, quien votó por Trump en el 2016. «Es una solución temporal. Eso es todo lo que sería cualquier afluencia de dinero del gobierno. Es mejor que nada».
Los futuros de la soja subieron brevemente el martes cuando se anunció la ayuda, aunque los precios posteriormente cedieron la mayor parte de los avances. El fabricante de tractores Deere & Co. subió 4.3% ante especulaciones de que la medida impulsaría las ventas, pero el miércoles, la mayor parte del alza había desaparecido.
El secretario de Agricultura, Sonny Perdue, dijo que las medidas del gobierno son temporales, comentarios que fueron reiterados por el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, quien dijo que la ayuda «no se acercará a los US$ 12,000 millones».
Las inscripciones de los agricultores comenzarán a fines de este año después de la cosecha de otoño, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que agregó que más detalles se entregarán cerca del feriado por el Día del Trabajo en setiembre.
Brennan Turner, director ejecutivo de FarmLead, un mercado de granos en línea, dijo que hay preocupaciones entre los agricultores de que la ayuda no llegue lo suficientemente pronto.
La economía agrícola ya atravesaba por momentos difíciles antes de la actual guerra comercial, tras varios años de precios deprimidos. Los precios de la soja se han desplomado aún más en las últimas semanas. El USDA proyecta que este año los ingresos agrícolas netos serán los más bajos desde el 2006.
Algunos agricultores van a tener que sostener difíciles conversaciones con sus banqueros, dijo John Heisdorffer, presidente de la American Soybean Association y productor en Keota, Iowa.
Aunque el plan de asistencia «ayudará un poco», señaló. El deterioro de los precios llevará a los banqueros a preguntar: «¿Por qué debería darte dinero otra vez para operar?”