Cómo la crisis en Nicaragua afecta a Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador y Panamá de una forma «sin precedentes»
Un sismo político sacude Nicaragua y sus ondas de inestabilidad e incertidumbre también se han hecho sentir en el resto de Centroamérica.
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Casi tres meses después de su inicio, las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega comienzan a dejar un saldo regional que hay que sumar al elevado número de muertos, la inestabilidad y la crisis sin precedentes que han sacudido al mayor de los países centroamericanos.
Durante ese período, los persistentes bloqueos de carreteras han convertido las rutas de comercio que cruzan Nicaragua de norte a sur en una brecha casi infranqueable para el resto de países de la región.
Y Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá también han sido víctimas de los «efectos colaterales» de las protestas que han dejado más de 300 muertos y miles de heridos en Nicaragua, en su mayoría estudiantes, menores de edad y civiles, según organismos de derechos humanos.
El gobierno de Ortega ha utilizado los bloqueos y la necesidad de restablecer el libre tránsito como una justificación para reprimir las protestas, pero los manifestantes las consideran como una medida de presión fundamental para llamar la atención del mundo sobre la situación allí. Y parece estar dando resultados.
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El gobierno, sin embargo, ha utilizado la violencia para despejar las rutas, un método sido cuestionado por organizaciones civiles e incluso, por Naciones Unidas.
Uno de los más recientes incidentes asociados a ello tuvo lugar este fin de semana, cuando, según una asociación local de campesinos, unas 18 personas que bloqueaban una carretera murieron por disparos de fuerzas de seguridadque buscaban despejar una de las vías.
Pero ¿por qué las carreteras de Nicaragua se han convertido en un campo de batalla para el gobierno de Ortega y los jóvenes que piden su salida?
La importancia de las vías
«Dada la posición geográfica estratégica de Nicaragua para el comercio regional, Centroamérica ha quedado dividida en dos», le explica a BBC Mundo Mario Magaña, director de Asuntos Económicos y Comerciales de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador.
«Con esta situación de inestabilidad y los bloqueos de las rutas, la mayor parte del comercio interregional está prácticamente estancando y esto ha traído consecuencias económicas bastante notables para nuestros países», añade.
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De acuerdo con el especialista, esta situación ha generado un encarecimiento del transporte de carga y su logística a nivel regional, conllevó un aumento de los precios de almacenamiento de mercancías y causó pérdidas notables de productos perecederos.
Pero sus efectos no quedan ahí. Y los recientes esfuerzos del gobierno de Nicaragua por limpiar las carreteras utilizando la fuerza no necesariamente van a regresar las cosas a la normalidad y a los transportistas a las carreteras nicaragüenses.
Comercio en picada
Por lo pronto, según datos enviados a BBC Mundo por la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca), solo entre los meses de mayo y junio, el tránsito de mercancía por Nicaragua reportó una baja del 79 % en dirección sur-norte y del 75 % en dirección norte-sur, en comparación con igual periodo de 2017.
Los sectores del comercio, servicios e industria a nivel regional son los principales afectados, mientras entre los productos se encuentran los cementos hidráulicos, medicamentos, pinturas y barnices, agua natural y mineral, productos de panadería y pastelería, agrega la Sieca.
Según una encuesta de la Federación de Cámaras de Comercio de Centroamérica, al que tuvo acceso BBC Mundo, esta situación llevó al cierre de un 20% de empresas involucradas en el comercio regional con Nicaragua y a la pérdida de unos 500 empleos.
El estudio indica que, hasta el 20 de junio pasado, la crisis en Nicaragua había causado pérdidas por unos US$21,1 millones a los países del área y conllevó a un aumento de los costos de los productos en un 37%.
«Es un cifra nada despreciable para la economía de nuestros países y muestra que es un contexto bastante complicado», asegura a BBC Mundo Santiago Herrera, director del Centro de Investigaciones Sociales del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Conhep).
En el sur de Centroamérica
Estadísticas de la Sieca muestran que los principales afectados por esta situación han sido los países del sur de Centroamérica (Costa Rica y Panamá), quienes son también las economías más fuertes de la región.
De hecho, las cifras indican que solo en junio pasado, el número de exportaciones de Centroamérica en dirección sur-norte que pasaron por territorio nicaragüense mostraron un decrecimiento del 24,2 % en comparación con iguales fechas de 2017.
«La situación en Nicaragua nos ha impactado desde hace un par de meses porque Centroamérica representa el 50% del destino de las exportaciones de alimentos y bebidas de nuestro país y porque además Centroamérica, como bloque, representa, dependiendo del año que se mida, entre el segundo y el tercer socio comercial para nuestro país», explica a BBC Mundo Duayner Salas, viceministro de Comercio Exterior de Costa Rica.
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«Esta situación no solo nos afecta las exportaciones que realizamos hacia ese país, sino también las que realizamos hacia el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), porque la mayor parte del comercio interregional nuestro pasa necesariamente por la vía terrestre de Nicaragua», señala.
De acuerdo con Salas, su institución maneja una cifra de afectación de un 40% del comercio interregional en los últimos dos meses, con notables pérdidas en bienes perecederos.
La situación en Panamá no es muy diferente.
Más de un centenar de camioneros de ese país se quedaron varados por varias semanas en Nicaragua lo que, unido a la violencia allí, llevó a que las autoridades solicitaran a sus ciudadanos no viajar a esa nación.
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«Como gobierno seguiremos monitorizando la situación que atraviesa el hermano país en aras de brindar acompañamiento a todos los panameños residentes o de tránsito que se encuentren en Nicaragua», asegura a BBC Mundo León Kadoch, Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá.
Pero si estos dos países se encuentran entre los principales afectados, la situación en el norte de Centroamérica no es muy diferente.
El norte también
Un estudio realizado por el Conhep muestra que desde el 18 de abril, cuando iniciaron las protestas hasta el pasado 20 de junio, en las 3 fronteras comerciales de Honduras con Nicaragua se habían paralizado unos 20.000 contendores en el flujo de comercio que va de los países del norte de Centroamérica hacia el sur y viceversa.
«Esto implica que con esta situación se nos había caído en frontera la circulación del 90% de la carga que se transporta por esta vía. Esto podría representar una carga inmovilizada por el orden de los US$760 millones, una cifra que para estos países es muy fuerte», señala Santiago Herrera.
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De acuerdo con el experto, en tiempos normales, en la frontera de El Guasaule, la principal entre Honduras y Nicaragua, pasa un flujo de unos 300 contenedores de mercancía a diarios, mientras en la del paso de Las Manos y La Fraternidad, el número ronda los 125.
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«Actualmente, lo que más ha estado circulando son 5 contenedores diarios en las más pequeñas y 38 en la grande. Esto ha causado efectos negativos sobre las empresas y sobre el Estado, porque la recaudación monetaria por impuestos de aduana ha dejado pérdidas por unos US$18,5 millones», agrega Herrera.
Desde la Cámara de Comercio de Guatemala, Shirley Aguilar explica a BBC Mundo que su país experimentó solo en el mes de abril (último en contabilizarse) una disminución del 14% de las exportaciones a Nicaragua, mientras las pérdidas superan los US$3 millones en comparación con igual periodo de 2017.
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Por su parte, la ministra de Economía de El Salvador, Luz Estrella Rodríguez, explica a BBC Mundo que, hasta junio pasado, su nación fue impactada por un monto de unos US$11 millones en comparación con igual periodo de 2017.
La funcionaria ejemplifica que las exportaciones a Costa Rica representan para El Salvador un monto aproximado de unos US$21,8 millones mensuales, pero que ya se reportan pérdidas por el orden de los US$5 millones solo en el comercio con ese país.
Por eso, ante el agujero sin salida que parece por ahora la crisis en Nicaragua ante la negativa de Ortega de adelantar las elecciones, los países del área se debaten entre posibles alternativas para esta crisis.
Las alternativas
De acuerdo con Mario Magaña, una de los elementos más críticos que ha evidenciado la actual situación en Nicaragua son las deficiencias de infraestructura para el comercio en la región centroamericana.
«El comercio por carretera ha sido la vía tradicional, entonces no se han desarrollado otras alternativas y ahora estamos sufriendo las consecuencias», señala.
El viceministro de Comercio Exterior de Costa Rica explica, por su parte, que esta «situación compleja» ha conllevado también a plantear posibles soluciones para generar nuevas vías de transporte para el comercio interregional en Centroamérica.
«Hay empresas exportadoras nuestras que han seguido utilizando la vía terrestre, pero muchas han comenzado a utilizar el transporte marítimo. Sin embargo, esto afecta la competitividad de nuestras exportaciones, porque implica 400 dólares adicionales por contenedor de lo que costaría el transporte terrestre», señala.
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Ante esta situación, señala que las alternativas que están propiciando los gobiernos del área son lograr mayores acuerdos entre empresas navieras que ofrecen servicio de transporte marítimo desde y hacia Centroamérica y gestionar un trayecto de ferry entre Costa Rica y El Salvador.
De acuerdo con la ministra de Economía de ese último país, su gobierno y el de San José planean que esa nueva modalidad de transporte esté activa para finales de julio, lo que, en su opinión, crearía una ruta paralela al paso tradicional por Nicaragua.
Otros países de la región también se han sumado a esta iniciativa.
«Actualmente estamos explorando activar rutas marítimas alternas en el marco del proyecto de transporte marítimo de corta distancia que lidera Panamá en la región», señala el Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.
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