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Bogotano y abogado de 41 años, su mentor es Álvaro Uribe. El próximo 7 de agosto se convertirá en el mandatario número 60 del país.
Iván Duque se describe así: “serio, conservador, familiar, comprometido, trabajador, amigable, curioso y recursivo”.
En la campaña presidencial, se presentó como abanderado de ese sector de la sociedad insatisfecho con el acuerdo de paz firmado con las FARC.
Sin embargo, para los analistas, su discurso es una versión moderada del usado por el expresidente Álvaro Uribe, líder del partido Centro Democrático en el que Duque ha hecho su corta carrera política, primero como senador en el periodo 2014-2018 y luego como candidato presidencial.
Desde la consulta interna del 11 de marzo entre partidos de derecha, al alcanzar 4.038.101 votos, Duque tomó vuelo en la contienda política y se mostró inalcanzable en las encuestas.
Tras sus resultados en la primera vuelta presidencial, donde obtuvo 7.569.693 votos, a su campaña se sumó un sector amplio del Partido Liberal, otro tanto de Cambio Radical y el Partido Conservador. En un hecho que le generó críticas, contó con el apoyo de tres expresidentes: Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria.
El abogado
Duque nació en Bogotá en agosto de 1976 y creció en una familia liberal de la mano de su padre, Iván Duque Escobar, gobernador del departamento de Antioquia, ministro de Minas y Energía en la presidencia de Belisario Betancur (1982-1986) y registrador nacional.
Se graduó como abogado en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, tiene un máster en Derecho Económico de la American University y otro en Gerencia de Política Pública de la Universidad de Georgetown (EE. UU.).
En campaña, sus rivales le echaron en cara la falta de experiencia, ya que su único cargo público es el de senador del Centro Democrático, a lo que siempre respondió que su trayectoria era similar a la de figuras exitosas como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o el presidente francés, Emmanuel Macron.
Y es que la carrera profesional de Duque se ha desarrollado principalmente en Estados Unidos, donde durante más de una década trabajó como consultor del Banco de Desarrollo de América Latina CAF y consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), periodo en el que conoció a muchos de quienes lo asesoraron en su campaña presidencial.
En Colombia, durante su paso por el Senado, destacó como uno de los más brillantes y aplicados, según sus colegas.
Economía naranja
El rostro joven del Centro Democrático ha promovido ideas sobre innovación y emprendimiento, en el marco de la llamada economía naranja.
Duque también es vocero de esos colombianos temerosos de que el país siga el rumbo que lastró económicamente a Venezuela. Al presidente venezolano, Nicolás Maduro, lo llama «dictador» y «genocida».
En temas de justicia ha asegurado que promoverá una reforma en la que, entre otras cosas, se castigue la reincidencia.
Sobre los acuerdos de paz sostiene que hará modificaciones, pero “no los volverá trizas”.
Ha sido tajante al decir que no respaldará la legalización de droga y buscará prohibir la dosis personal.
Entre las críticas más fuertes que le hacen está su relación con el expresidente Uribe.
En tarima
En sus concentraciones, Duque solía hacer gala de su carisma y formas educadas. Así logró cautivar a millones de seguidores.
Su imagen jovial, en la que abundan camisas sin corbata o jeans, contrasta con sus creencias conservadoras: se opone al matrimonio gay y la eutanasia.
Duque es hincha del América de Cali y le gusta cantar vallenatos, lo que ha hecho con grandes nombres de esta música como Silvestre Dangond, Poncho Zuleta y Jorge Celedón. También es un mago aficionado.
Está casado con María Juliana Ruiz, abogada que trabajó más de diez años en la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, con quien tiene tres hijos pequeños: Luciana, Matías y Eloísa.
Tras la elección, se convierte en uno de los presidentes más jóvenes del mundo y uno de los más jóvenes en la historia de Colombia. El primero fue Liborio Mejía, quien con 24 años gobernó durante 16 días en 1816, y el segundo Eustorgio Salgar, que con 39 años ocupó el cargo entre 1870 y 1872.