Los problemas financieros por los que atraviesa Argentina tendrían, hasta ahora, efectos muy limitados en América Latina, aseguraron expertos.

Para el economista principal de América Latina de la firma Continuum Economics, el peruano Pedro Tuesta, las necesidades financieras de Argentina están casi cubiertas, por lo que descartó un riesgo de contagio hacia la región.

Además, los mercados de América Latina son ahora más saludables y existen tasas de interés más bajas que en el pasado, agregó el experto.

«La crisis de Argentina de 2001 apenas creó una onda expansiva en la región y creemos que esta vez ocurrirá lo mismo», expresó Tuesta en declaraciones a Xinhua vía telefónica desde Washington.

No obstante, el economista para América Latina de la firma, el brasileño Marcos Casarín, descartó que la actual turbulencia pudiera llevar a Argentina hacia una recesión económica y coincidió con Tuesta en que cualquier repercusión regional será mínima.

«No vemos un cambio en el apetito para financiar a la región», agregó.

Desde hace varias semanas, Argentina está enfrentando tensiones en su mercado cambiario, en medio de una fortaleza global del dólar que ha debilitado a las monedas en los países emergentes.

Los tres puntos débiles entre los mercados emergentes son Argentina, Sudáfrica y Turquía, de acuerdo con Continuum.

Tuesta señaló que en el caso de Argentina, sus desequilibrios externos se han visto exacerbados por algunos «errores de política», lo que ha causado una severa depreciación de la moneda, desencadenada por el aumento de la aversión global al riesgo.

Dijo que, junto a su colega mexicana Priscila Robledo, ha identificado dos vías en las que los vecinos de Argentina podrían verse afectados, por la debilidad de la moneda: el comercio con Brasil y la demanda minorista de Chile.

«Pero eso debería representar una preocupación mínima en ambos países», dijo el economista peruano.

En una declaración especial sobre Argentina, el portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gerry Rice, expresó este lunes que representantes del ente prestamista sostendrán el próximo 18 de mayo una «reunión informal» con autoridades argentinas, como parte del pedido de apoyo del país sudamericano.

«Nuestro objetivo compartido es llegar a una conclusión rápida de estas discusiones», dijo Rice en la breve declaración.

El gobierno del presidente argentino, Mauricio Macri, anunció la semana pasada su regreso al FMI en medio de la volatilidad cambiaria, con la solicitud de una línea de crédito «Stand by», que podría rondar entre los US$20.000 y US$30.000 millones, según cálculos de analistas.

La consultora británica Oxford Economics informó el viernes que rebajó su pronóstico para el Producto Interno Bruto (PIB) argentino a un 2,0% este año, desde un 2,8%; en tanto que el de 2019 lo redujo a un 2,2%, desde un 3,3%.

Debido en parte a esta rebaja, la firma también redujo sus perspectivas para el crecimiento económico de América Latina en 2018 y 2019, en medio de precios del crudo más altos y un dólar estadounidense fortalecido.

No obstante, el economista para América Latina de la firma, el brasileño Marcos Casarín, descartó que la actual turbulencia pudiera llevar a Argentina hacia una recesión económica y coincidió con Tuesta en que cualquier repercusión regional será mínima.

«Lo que ocurre en Argentina, se queda en Argentina, un impacto de contagio es mínimo», dijo Casarín a Xinhua.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) elevó en días recientes la tasa de política monetaria en tres decisiones fuera del ciclo, para dejarla en un 40%, en un intento por frenar la depreciación del peso argentino.

En la jornada de este lunes, el peso argentino se elevó hasta los 25,10 pesos por dólar en la cotización del Banco de la Nación Argentina, tras alcanzar el viernes pasado su punto más alto en lo que va de 2018, en los 23,73 pesos.

Para el banco de inversión Barclays, una estabilización del tipo de cambio alrededor de los niveles actuales es vital para evitar un deterioro significativo de las perspectivas macroeconómicas del país sudamericano.

«La rigurosidad en las condiciones impuestas por el programa del FMI será crucial para evaluar el efecto sobre las perspectivas macroeconómicas a corto plazo, así como sus costos políticos locales», dijo Barclays en un reporte sobre la economía global difundido este lunes.

«El gobierno ha indicado que no espera que los objetivos fiscales sean demasiado diferentes de los actuales», agregó.

A comienzos del mes, el ministro de Hacienda de Argentina, Nicolás Dujovne, anunció un objetivo de déficit fiscal primario más ambicioso para 2018 de 2,7% del PBI, por debajo del 3,2%  anterior, que según Barclays es muy probable que se cumpla.