El estado sureño prohíbe financiar el aborto a través del servicio de salud y la multinacional abortista se defiende diciendo que las peor paradas serán «las mujeres de color».
Un centro de Planned Parenthood en Tennesse.
Fuente: https://www.actuall.com / Diana Vázquez
El gobernador de Tennessee, Bill Haslam, ha firmado un proyecto de ley esta semana y pedirá una exención federal que permitirá prohibir a TennCare, el programa de salud de Medicaid para este estado, financiar cualquier actividad relacionada con el aborto.
Los fondos que alguna vez se destinaron a matar niños ahora se darán a otros proveedores de atención médica, lo que eliminará las repetidas protestas de Planned Parenthood de que las mujeres morirán a menos que reciban fondos federales. Un evidente mensaje manipulado en favor de sus intereses y sensacionalista.
“Tenemos docenas de otras clínicas médicas”, dijo el senador Mike Bell, promotor del proyecto de ley. “La política del estado es favorecer el parto como parte integral de la salud y el bienestar”, añadió. Cualquier instalación puede recibir su financiamiento nuevamente si acepta dejar de ofrecer estos servicios, “queremos que nuestro dinero deje de ir a los proveedores que realizan abortos”, recoge The Daily Wire.
La respuesta de Planned Parenthood no se ha hecho esperar y carga contra el gobierno estatal por no proteger la “salud de las mujeres”. “Esto lastima a las pacientes […] Específicamente, en nuestra área, el cuidado de la salud reproductiva es difícil de acceder para algunas personas “, dijo Sarah Wallet, directora médica de la multinacional abortista.
Wallet se aseguró de dejar un mensaje para intentar revertir la mala reputación entre la comunidad negra por practicar desde hace décadas abortos selectivos: “Esto afectará especialmente a las mujeres de color”.