Hasta hace un par de años, usted llegaba al parqueo de un centro comercial y un encargado de seguridad le entregaba una ficha o tiquete de cartón, que antes de salir debía entregar a otro vigilante.
Hoy, aunque no está del todo extinta, esa situación es cada vez menos común, pues en la mayoría de establecimientos la entrega de fichas o tiquetes ha sido reemplazada por agujas con dispensadores automáticos y máquinas de cobro que validan esos boletos antes de salir.
(Video) Automatización acecha a la mitad de empleos en Costa Rica
Ese ejemplo probablemente ha pasado desapercibido, lo mismo que decenas de actividades que cada día dejan de hacerse manualmente y en las que los humanos son reemplazados por máquinas, equipos tecnológicos o aplicaciones. Todas ellas forman parte de la llamada automatización del trabajo, proceso al que van encaminados los países aunque a distinto ritmo.
Un estudio del Banco Mundial estima que en Costa Rica casi la mitad de los empleos podrían ser ocupados por máquinas.
El informe menciona al país dentro de un listado de países en desarrollo en el que, desde el punto de vista tecnológico, el 48% de los empleos podrían automatizarse.
Sin embargo, aclara el documento, los efectos se moderarían debido a los salarios más bajos y a la mayor lentitud de la adopción de la tecnología.
En situación similar se encuentran otras economías como Ecuador, Rumanía, Tailandia, mientras que en países como Argentina, Malta, Croacia y Letonia el porcentaje supera el 60%.
“Es cada vez más habitual que las máquinas puedan realizar tareas rutinarias con mayor rapidez a un costo menor que los seres humanos, y muchas de las actividades que hoy en día se consideran no rutinarias (como la traducción, la suscripción de seguros o incluso los diagnósticos médicos) en el futuro podrían ser ejecutadas igualmente bien por computadoras”, señala el documento denominado Dividendos Digitales.
Las consecuencias de este proceso para los países en desarrollo dependen del ritmo de las disrupciones provocadas por la tecnología.
“La proporción de ocupaciones que podrían automatizarse de manera significativa es en realidad más alta en los países en desarrollo que en los más avanzados, donde muchos de estos empleos ya han desaparecido”, cita el documento.
Otro análisis realizado por la firma consultora internacional McKinsey, publicado a inicios del año pasado, estima que para el 2030 unos 800 millones de trabajos en el mundo podrían perderse a causa de la automatización.
Actualmente, en Costa Rica las autoridades no poseen datos de cuántos empleos ya han sido reemplazados por equipos o sistemas tecnológicos, sin embargo coinciden que a diferencia de lo que ocurrió con la llamada revolución industrial, esta vez el cambio será más acelerado.
De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) a diciembre del año pasado la cantidad de personas ocupadas era de 2,2 millones y la tasa de desempleo se situó en 9,3%.
José Salas, asesor de Talento Humano de la Cámara de Industrias de Costa Rica, explicó que las estimaciones del sector en el país para los próximos cinco años, indican que se podrían perder un 15% de los puestos, es decir cerca de 330.000 empleos, basados en la cifra del INEC sobre ocupación a diciembre de 2017.
“Costa Rica tiene 85.000 trabajadores en el área técnica y en el área de tecnologías, pero a la vez hay un faltante en esa área de 8.000 personas, eso quiere decir que si usted como país va a tener un descalabro de este tipo por la automatización, incluso ahora está teniendo faltante para llenar estos cupos, lo que tiene que hacer es coordinar efectivamente para que las personas que van a perder su empleo por las máquinas puedan ser recicladas a tiempo para ocupar nuevas profesiones”, dijo Salas.
“Estos cambios no son tan lentos como era anteriormente, en cinco años el 50% de todos los negocios de comercio no van a ser como hoy, van a ser de entrega a domicilio, lo que estamos visualizando es que los cambios no son cada 25 años, ni siquiera cada seis meses, los cambios son diarios” , agregó.
Según el informe de McKinsey existen cinco factores que influirán en el ritmo y alcance de la automatización.
Entre estos están la viabilidad técnica, el costo de desarrollar e implementar las soluciones y las dinámicas del mercado laboral en donde se incluyen la oferta, la demanda y el costo de mano de obra humana como una alternativa a la automatización.
También considera los beneficios económico y, finalmente, la reputación y aceptación social que pueden afectar la tasa de adopción de estas tecnologías.