Después de 82 partidos de temporada regular, empieza el rock and roll. Y en Tennessee, hartos de esperar a los Titans de la NFL, se han abrazado a su equipo de hockey para llevar la voz cantante. El año pasado cayeron en la final (cuatro a dos al mejor de siete) pero pusieron la nota de color. El amarillo se mezcló con la música country, los sombreros de cowboy, las latas de cerveza extra grandes y el lanzamiento de los catfish. Arrojar este tipo de pez al hielo para celebrar los triunfos se convirtió en una tradición en los Predators… Los primeros volarán en la eliminatoria inicial contra los ascendentes Avalanche de McKinnon.

También de la conferencia Oeste viene otro de los contendientes favoritos de los hinchas neutrales. En Las Vegas, además de cantantes venidos a menos y espectáculos de Siegfried and Roy, ahora el hockey es un show más. El conocido hotel Bellagio crea figuras gigantes de chocolate imitando a Marc-André Fleury, el portero de los flamantes Golden Knights, un equipo novato que hace ocho meses estaba eligiendo jugadores en el draft de expansión y era candidato a acumular derrota tras derrota. Pues bien, nunca una franquicia recién parida ha ganado lo que ellos esta temporada regular, ni por supuesto, una Stanley Cup. “Queremos levantarla en menos de seis años”, fue la apuesta de su propietario antes de que el puck se deslizase por primera vez en Nevada. Ya no parecen delirios de un megalómano. Van armados con un hockey vistoso y empiezan con factor hielo contra los renacidos Kings.

Precisamente, las casas de apuestas de Las Vegas no barren para casa y confirman a los Preds, ganadores del Presidents Trophy al equipo con más puntos en temporada regular, como favoritos para levantar el título, por delante de Bruins, Lightning y los Golden Knights. No aparecen entre ese cuarteto los Capitals. En Washington ya no se fían de un equipo empeñado en hacer temporadas regulares de escándalo y destrozarlas en playoffs. Ni el zar Alex Ovechkin, ‘pichichi’ de la competición (49), les hace contar. Debutan contra los Blue Jackets.

Osos pardos, pingüinos y la magia de Yzerman.

Sigamos en el Este. Boston es la incógnita. Allí los Bruins son tan respetados como los Celtics y el TD Garden es un rink casi sacrosanto. Toronto será su primera piedra de toque. Y los Penguins, claro. Sidney Crosby, Malkin y compañía redoblan sus revoluciones en postemporada. Y el mejor de todos en esa costa, Tampa Bay. Kucherov, el tocado capitán Stamkos y el reino de un mago, Steve Yzerman, que fue una leyenda como jugador en Detroit y ahora mantiene ese estatus en los despachos. Ha construido un equipazo con ojo clínico. Un ejemplo: Tyler Johnson, su diminuto center All-Star, al que rescató en 2011 de dejar este deporte… para ser anestesista.