Opinión

La oposición venezolana trece años después (por José Luis Méndez)

 

José Luis Méndez La Fuente

Como ha venido ocurriendo de un tiempo a esta parte  cada vez que hay elecciones en Venezuela,  la oposición anda a remolque del gobierno  y deshojando la margarita. Una margarita de largas raíces, que llegan hasta el año 2005 cuando las organizaciones políticas no oficialistas, de aquel entonces, decidieron retirarse de la contienda comicial y no presentar candidatos a la Asamblea Nacional para las elecciones de principios del mes de diciembre.

Se trató de una postura, a nuestro juicio, cónsona con las malas experiencias electorales, durante  los primeros siete años de gobierno de Hugo Chávez, pero sobre todo, en eufonía con el futuro que se podía esperar después de eso, no solo en materia electoral, sino igualmente en el cumplimiento delas leyes y de la Constitución en general.

En efecto, para ese entonces  ya los venezolanos habían  ido a votar tres veces en el año 1999 y una  en julio del 2000, pero equivalente a cuatro, pues se escogió  en esas mega elecciones, con motivo de la entrada en vigencia  de la nueva Constitución, no solo al presidente del país, sino igualmente a los miembros de la nueva Asamblea  Nacional, a los gobernadores de los estados y a los alcaldes municipales. Además, votaron 2 veces en el 2004, una en julio para el referéndum revocatorio y otra en octubre para elegir nuevamente, a las autoridades de los estados y municipios.

Así que el ejercicio del sufragio bajo los designios de un Consejo Nacional Electoral monopolizado por el  gobierno, con un presidente de la república que nunca dejó el cargo para lanzarse como candidato a la reelección y un sistema electoral hecho a la medida, donde los cambios de fechas en el calendario electoral, y figuras como los kinos o listas electorales, las morochas y las sustituciones de candidatos eran algo más que una simple estrategia  ventajista.

Para el 2005, la oposición consideró que no estaban dadas las condiciones objetivas necesarias para participar, pues no había confianza en el organismo electoral, o sea, el CNE y la confidencialidad del voto no estaba garantizada. De modo que los partidos que llevaron a Chávez al poder, así como otros afines al gobierno, coparon el parlamento nacional, dejando la oposición en manos del oficialismo, todos los poderes públicos, el control de los gobiernos regionales y locales, así como el resto de las instituciones y organismos del estado. Era la manera de mostrarle al mundo que en Venezuela había un régimen autoritario, con apariencia  democrática, al cual no iban a seguir avalando con su participación en procesos comiciales de ningún tipo.

Con el tiempo se llegó a decir que había sido un error, una pérdida de espacios políticos, un retroceso en definitiva; volviendo a participar la oposición en todos los eventos electorales con prácticamente los mismos resultados en contra; con excepción de la consulta popular sobre la reforma constitucional del 2007 y las parlamentarias del 2015 donde si  ganaron.

Las preguntas que cabe hacerse aquí son muy sencillas, la primera ¿Qué hubiese cambiado en el panorama político de haber mantenido  la oposición su postura, y no asistir a ninguno de los comicios posteriores al 2005?; la segunda ¿Qué cambió el hecho de que la oposición hubiese ganado el referéndum del 2007 o las parlamentarias de diciembre 2015?

La respuesta  de la primera por ser más especulativa, pues no se dio el supuesto que la motiva, la puede dar cada quien a su gusto, pero  lo que si podemos contestar por ser evidente, es lo que sucedió  con el cambio de postura de la oposición al participar en todas las elecciones posteriores, y eso no fue más que la conquista de la Asamblea Nacional en  las parlamentarias del 2015. Una victoria que al final de cuentas no sirvió de mucho, como no fuera para mostrar, de manera más acentuada, la vocación autoritaria del gobierno de Maduro; aunque para eso na hacía falta que pasase una década. Con respecto a la segunda pregunta, la respuesta la hemos tenido presente en todos estos años.

Pero  lo que realmente queda sin responder, es el cambio de estrategia de la oposición sin que aquella falta de condiciones y garantías que la hicieron no participar en el 2005,  se hubiese saneado.  

Después de una docena de eventos electorales, con resultados similares a los anteriores al 2005, y  de haberse preguntado más recientemente si participar o no participar es la cuestión de fondo, la oposición vuelve a su posicionamiento del 2005. Trece años han tenido que transcurrir para darse cuenta de que nada ha cambiado.

 

José Luis Méndez La Fuente.  Abogado Constitucionalista y Analista Político / e-mail: xlmlf1@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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