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Cómo la falta de nuevas empresas está frenando la economía de EE.UU.

Nuevas firmas como Tesla impulsan la innovación
Nuevas firmas como Tesla impulsan la innovación Crédito: Shutterstock
El menor ritmo de creación de startups está afectando la productividad de la economía norteamericana

¿La economía de mercado aún puede generar prosperidad? Eso puede parecer una pregunta extraña cuando Estados Unidos ha superado los ocho años de una expansión sostenida y las principales economías del mundo siguen el mismo camino. El desempleo está en su punto más bajo desde el fin de la burbuja de las puntocom al final del gobierno de Bill Clinton.

Y, sin embargo, hay una amplia variedad de estadísticas que revelan un desgaste peculiar que se extiende por toda la economía. Contradiciendo los titulares acerca de las fabulosas oportunidades que la tecnología está ofreciendo a la sociedad, muchas democracias de mercado ricas han perdido en gran medida su dinamismo. Sus compañías se están poniendo viejas y los mercados laborales están trabados. El crecimiento de la productividad ha caído. Y muchos trabajadores en su plenitud se están retirando de la fuerza laboral.

En un estudio publicado por el Hamilton Project de la Brookings Institution, Jay Shambaugh, Ryan Nunn y Patrick Liu exploran la inercia de la economía estadounidense y las consecuencias para los salarios y los estándares de vida.

Las evidencias pintan un claro cuadro de declinación: menos startups significan menos ideas nuevas y menos empresas jóvenes y productivas para reemplazar a las más viejas y menos productivas.

Los investigadores han encontrado que la caída de la cantidad de compañías que ingresan al mercado desde 1980 ha reducido el crecimiento de la productividad en alrededor de 3,1 por ciento.

La escasez de nuevas empresas también está recortando uno de los caminos principales para el avance de los trabajadores: la oferta de empleo. Cambiar de empleo permite a los trabajadores pasar a cargos en los que son más productivos y reciben mejor paga. Pero la fluidez del mercado laboral -cambio y creación y destrucción de empleo- ha estado en declinación desde la década del 80.

¿Puede el panorama corporativo volverse más dinámico nuevamente? “No se ha demostrado que ninguna de las explicaciones potenciales que se ha dado en cuanto a que se debe a políticas explique el grueso de la declinación del dinamismo”, señalan Shambaugh y sus colegas. El interrogante crítico es si existe un conjunto de políticas que pudieran restaurar la vitalidad de la economía.

Esto no tiene que ver solo con el cambio demográfico y social. Seguro, estamos envejeciendo. Los trabajadores de mayor edad tendrán menos proclividad a mudarse a otro estado en busca de nuevo empleo. Las familias con dos miembros que trabajan tendrán más dificultad para reubicarse cuando uno de ellos recibe una oferta de nuevo empleo. Los alquileres por las nubes harán más difícil migrar a algunos de los mercados laborales más activos, como Nueva York o San Francisco.

Pero esto solo no explica el estancamiento. Explicar el estancamiento requiere explicar no solo por qué hay tan pocos empleos con buena paga, sino también porque hay tan pocas compañías emergentes dispuestas a emplear a trabajadores productivos.

Bien entrada la era de la informática, en un ecosistema empresario con bajas barreras al ingreso, donde el capital de riesgo está listo para lanzarse sobre la siguiente buena idea, la economía de algún modo ha olvidado cómo crear compañías.

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