Voz de América – Redacción /
El Senado de Estados Unidos tiene previsto comenzar a debatir este lunes por la noche la protección a los “dreamers”, teóricamente con una agenda abierta pero con el plan del presidente Donald Trump como base de la discusión.
“Vamos a ver algo en el Senado que no hemos visto en mucho tiempo”, dijo el domingo el senador republicano por Arizona, Jeff Flake, al programa Meet the Press de la cadena NBC. ‘Será un debate real sobre un tema que no sabemos cómo terminará”.
Un grupo de senadores republicanos conservadores — entre ellos Tom Cotton, John Cornyn y Chuck Grassley— piensan presentar el lunes la propuesta del presidente Trump, tal como la esbozó el mes pasado durante su Discurso sobre el estado de la Unión.
El plan del presidente ofrece una oportunidad para la naturalización de 1,8 millones de personas que fueron traídas a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños. Además, el plan asignaría 25.000 millones de dólares para la seguridad fronteriza, restringiría la inmigración basada en los lazos familiares y pondría fin al sistema de lotería de visas.
La propuesta de la Casa Blanca no tiene muchas posibilidades de ser aprobada en el Senado, pero convierte al presidente en la voz más influyente en el debate. En el caso de que surja una propuesta bipartidista diferente, el apoyo del mandatario será vital para llevarla a la Cámara de Representantes, donde los legisladores de línea dura tienen mayor influencia.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell ha programado una votación procedimentaria inicial para comenzar el debate el lunes por la noche. Se prevé que sea aprobada fácilmente y que luego sean presentadas y debatidas todas las propuestas en los próximos días —y probablemente en las semanas— venideros.
McConnell acordó el debate abierto, algo extremadamente raro en los últimos años, a cambio de que los demócratas aprobaran una medida que terminó con el cierre gubernamental parcial que duró tres días.
Cualquier plan que consiga al menos 60 votos tendrá que contar con apoyo bipartidista, puesto que los republicanos cuentan solo con 51 escaños, 50 sin el senador John McCain que lucha contra un cáncer en el cerebro en Arizona, y los demócratas con 49.