Reconstruir con inteligencia: Mi visión sobre la ingeniería y la resiliencia después de los desastres

Por: Saúl Rodríguez Guevara
Especialista en Gestión de Riesgos y Rehabilitación de Infraestructura

 

He aprendido, a lo largo de mi experiencia profesional, que cada desastre deja algo más
que daños materiales: deja lecciones sobre cómo planificamos, construimos y, sobre todo,
cómo nos recuperamos. He visto comunidades enteras levantarse desde los escombros y,
con el tiempo, comprendí que el verdadero reto no es reconstruir rápido, sino reconstruir
con inteligencia.
Durante mis años de trabajo en América Latina, he desarrollado un enfoque práctico para
la reconstrucción post-desastre que se apoya en tres pilares esenciales: precisión técnica,
coordinación institucional y participación comunitaria.
El primer paso, para mí, siempre ha sido una evaluación integral de riesgos. Antes de
colocar el primer bloque, es necesario entender qué falló, analizar las condiciones del
suelo y determinar qué zonas son más vulnerables. Este diagnóstico permite priorizar los
recursos y evitar repetir los errores del pasado.
El segundo pilar es la sostenibilidad en el diseño. Considero que cada estructura
reconstruida debe ser más fuerte y más adaptable que la anterior. He aplicado materiales
resilientes y técnicas modulares que permiten acelerar los tiempos de obra y reducir
costos, sin comprometer la seguridad ni el impacto ambiental.
El tercer elemento, y quizás el más importante, es la colaboración entre las instituciones y
las comunidades. La reconstrucción solo es exitosa cuando todos los actores —ingenieros,
autoridades y ciudadanos— comparten la responsabilidad y mantienen la transparencia.
He comprobado que cuando la comunidad participa, los resultados son más duraderos y la
confianza pública se fortalece.
En varios proyectos piloto donde se aplicaron estos principios, logramos reducir los
tiempos de reconstrucción en más de un 25 %, optimizar la gestión de recursos y mejorar
la capacidad de respuesta ante futuras emergencias.
Creo firmemente que la reconstrucción no es solo un proceso técnico, sino una
oportunidad para rediseñar comunidades más seguras, sostenibles y humanas. Esa es la
visión que guía mi trabajo cada día y que espero seguir impulsando en nuevas iniciativas
de resiliencia y desarrollo.

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