Cuando la belleza se convierte en riesgo: el mal uso del drill en manicura Por: Cecilia Alvarez
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Cuando la belleza se convierte en riesgo: el mal uso del drill en manicura
Por Cecilia Alvarez – Luxury Nail Artist & Columnista de Belleza
📲 Instagram: @ceci.alvarez19 | @cecilia.nailartist
🌐 https://www.ceciliaralvarez.com/
¿Alguna vez sentiste ardor o calor mientras te hacían las uñas?
¿Notaste que tus uñas quedaron más finas, sensibles o con líneas después de un servicio?
¿Tu manicura usó el drill con tanta velocidad que te dio miedo decirle algo?
Si tu respuesta fue «sí» a alguna de estas preguntas, no estás sola.

Cada semana llegan al salón mujeres con uñas debilitadas, estriadas o incluso lastimadas, y la mayoría repite la misma historia: fueron a un salón donde la manicura no estaba correctamente capacitada para usar el torno eléctrico o «drill».
En los últimos años, esta herramienta se volvió casi indispensable en la manicura profesional. Pero su popularidad también trajo un problema: muchos salones incorporan el drill sin ofrecer la formación técnica adecuada a sus profesionales. El resultado son uñas dañadas, piel irritada y una experiencia que debería ser placentera, convertida en molestia.
El error más común es utilizar fresas de alta abrasión a velocidades inadecuadas o aplicar demasiada presión sobre la uña natural. Esto puede generar calor excesivo, sensibilidad, dolor e incluso infecciones si no se siguen los protocolos de higiene y profundidad.

Pero no todo es negativo.
El drill no es un enemigo, y de hecho, puede ser un gran aliado cuando se utiliza correctamente. En salones como Speranza Nails Boutique y en manos capacitadas, el resultado es impecable, prolijo y completamente seguro.
La clave está en tres pilares fundamentales:
1. Formación profesional constante: conocer la anatomía de la uña, los tipos de fresa y las velocidades correctas.
2. Higiene y esterilización: cambiar las fresas entre clientas, limpiar cada pieza y respetar los protocolos sanitarios.
3. Selección adecuada de fresas: cada una tiene un propósito y una textura; elegir la correcta marca la diferencia entre cuidar o dañar.
Cuando el drill se usa de forma responsable, los beneficios son notables:
• Permite una limpieza más precisa y profunda del área de la cutícula.
• Facilita la remoción controlada de producto sin dañar la uña natural.
• Logra acabados más duraderos, estéticos y saludables.
• Y eleva la experiencia del servicio, haciéndola más profesional y eficiente.

La manicura profesional no se trata solo de embellecer, sino de cuidar, proteger y educar a la clienta. Por eso, elegir un salón con personal certificado y actualizado no es un lujo: es una inversión en salud y bienestar.
Recordá siempre que unas uñas lindas comienzan con unas uñas sanas.
Y que la verdadera belleza no duele, se siente segura.