El uso del burka y el desconocimiento del rostro: Un atentado a la Seguridad Nacional. Por: GIOVANNA CARBONE
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El uso del burka y el desconocimiento del rostro: Un atentado a la Seguridad Nacional.
GIOVANNA CARBONE
El uso de velos o coberturas que cubren todo el rostro, como el burka o el niqab, en espacios públicos pone en riesgo a toda la ciudadanía en general, más allá de las violaciones y la desigualdad que representa para la mujer. En este artículo, abordaremos el peligro que representa la cobertura total del rostro, no por motivos religiosos, sino por cómo puede ser utilizado como una excusa para ocultar la identidad de una persona.
Numerosos países occidentales han comenzado a legislar al respecto. Suiza, por ejemplo, implementó una ley el 1 de enero de este año que prohíbe cubrirse el rostro en lugares públicos, una decisión que fue respaldada por un referéndum. Esta medida busca garantizar la participación visible de todos en la vida pública y facilitar la identificación, lo que se considera crucial para la seguridad. Además, se han establecido multas significativas para quienes incumplan esta normativa.
Francia, por su parte, pionera en la imposición de restricciones sobre la vestimenta que cubre el rostro, ha articulado sus políticas basándose en principios de indivisibilidad, seguridad y laicidad, en un esfuerzo por preservar los valores republicanos frente a los desafíos de la inmigración y el terrorismo.
Asimismo, Italia está impulsando una legislación robusta para combatir el fundamentalismo y el separatismo islámico, que incluye la prohibición de prendas que impidan la identificación en lugares públicos y sanciones por matrimonios forzados, además de regular los fondos de asociaciones religiosas.
Ampliando el debate, justamente en la nación italiana, la cual busca contundentemente sancionar el separatismo islámico.La iniciativa presentada por el oficialismo endurece las sanciones por matrimonios forzados, regula los fondos provenientes del extranjero y también prohíbe el uso de prendas que impidan la identificación en lugares públicos.
Giorgia Meloni busca con una ley combatir lo que define como «fundamentalismo y separatismo islámico». La iniciativa apunta a proteger los valores constitucionales italianos y garantizar la seguridad ciudadana. Quienes infrinjan la prohibición del velo podrán recibir multas de entre 300 hasta 3.000 euros. La norma se aplicaría en todos los espacios públicos, incluidos comercios, escuelas, universidades y oficinas.
El objetivo de un amplio paquete legislativo es evitar la creación de contrasociedades donde se aplique la Ley de Sharía en lugar del sistema legal italiano, en referencia al sistema legal de los Estados Islámicos. La propuesta también establece que las asociaciones religiosas no reconocidas formalmente deberán declarar el origen de sus fondos y quedarán sujetas a restricciones en caso de recibir aportes del extranjero considerados una amenaza para la seguridad nacional.
La tendencia en Europa es clara: países como Bélgica, Austria, Dinamarca y Alemania también están implementando o considerando prohibiciones y restricciones sobre el uso del velo integral en diversos espacios públicos, incluyendo colegios y para funcionarios. Estas medidas reflejan una creciente preocupación por la seguridad y la cohesión social en Occidente, buscando proteger la identidad cultural y los sistemas legales nacionales.
Se alza la bandera en contra de tolerar la islamización en occidente y la principal razón que se esgrime es el riesgo que supone temas de seguridad, ya que se considera que en una época de alerta constante ante tantas amenazas no pueden producirse excepciones en esta materia. «Hay cosas respetables como el no comer cerdo, pero el burka es un capricho que puede poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos».
@giovannacarboneoficial