SEGÚN EL “CRISTIANO” NICOLAS MADURO: LA DERECHA TRIMARDITA NO VA A LLEGAR AL PODER.
NOTIAMÉRICA.COM | FLORIDA
Por: Emilin Piña Mogollón.
Como parte de su campaña a la reelección presidencial, el pasado quince de junio, Nicolás Maduro, en uno de sus muchos actos religiosos, declaró: “voluntariamente entrego mi nación a Cristo para que sea el dueño absoluto de esta patria bendita”. Esta afirmación, presentada como un acto de “humilde desprendimiento y arrepentimiento”, plantea una pregunta crucial: ¿Se puede creer en la sinceridad de
este acto?
Las alianzas de Nicolás Maduro con la Iglesia cristiana en los últimos años, y especialmente en su campaña para las elecciones de 2024, responden a una estrategia multifacética. Esta alianza busca consolidar su base electoral, legitimar su gobierno, contrarrestar a la oposición, movilizar a la comunidad y resonar con la identidad nacional de los venezolanos. En un contexto de crisis, la religión se convierte en una herramienta poderosa para generar esperanza y unidad, y Maduro ha demostrado una habilidad notable para utilizar este recurso en su beneficio político.
Sin embargo, el historial religioso de Maduro (seguidor de Sai Baba, católico, evangélico, practicante de santería, entre otros), sugiere que su relación con la fe podría ser más instrumental que devota. Más que una declarada fe en lo divino.
El pastor José Piñero, vicepresidente del Consejo Evangélico de Venezuela, señala que, al realizar un evento de manera pública en periodo de elecciones, que contó con la presencia de pastores y personas relacionadas al ámbito evangélico, se estarían prestando al acto de arrepentimiento. Sin embargo, esta perspectiva crítica no es aislada.
En 2005, como vicepresidente, Maduro viajó a la India en busca de la bendición de Sai Baba, siendo una de varias visitas. Además, tras la muerte de Hugo Chávez, personalmente promovió la veneración al “comandante eterno” a través del “Chávez nuestro”, una práctica considerada blasfemia por sectores varios religiosos. Además, según Hugo Carvajal, Maduro es un devoto santero que ha pagado miles de dólares a brujos cubanos.
La aparente devoción religiosa de Maduro contrasta con su manipulación de símbolos y figuras religiosas para mantener el poder y la cohesión social en un país marcado por profundas divisiones y crisis.
Según el politólogo Doriam González, refiriéndose al “acto cristiano de arrepentimiento nacional”, opinó: Detrás de una oración no pueden quedar ocultos los vicios del socialismo del siglo XXI.
Otros representantes evangélicos opinaron que a pesar de que la Biblia insta a orar por las personas en puestos de autoridad, las circunstancias electorales en las que se realizó el evento y por los hechos ocurridos previa y posteriormente: corrupción, persecución política, crímenes de lesa humanidad, la separación de la familia y un gobierno que destruyó una nación, los pastores participantes estarían convalidando estos actos contrarios a los mandamientos cristianos y al Consejo Evangélico de Venezuela, quienes se ha pronunciado al respecto.
Hago un llamado para que todos los que nos consideremos cristianos, rechacemos contundentemente este tipo de manipulaciones en nombre de la Fe.
Maduro pide perdón a la nación un día y al otro sale diciendo: “esa derecha trimardita no va a llegar al poder.” Desde mi perspectiva no habrá oración que libre a Maduro de las consecuencias de sus actos.
Gálatas 6:7-9: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.