La exposición a metales pesados es altamente nociva y usualmente silenciosa.
Su detección oportuna permite establecer el protocolo médico para ayudar a recuperar el equilibrio bioquímico del organismo.
Bajo el compromiso de brindar innovación y conocimiento al mercado, ProAge Clinic anunció la disponibilidad en Venezuela de un sofisticado estudio espectrográfico que mide la toxicidad por metales pesados, —entre ellos el plomo, el mercurio, el cadmio y el arsénico—, así como los niveles de vitaminas y minerales presentes en el cuerpo; una información clave para establecer protocolos personalizados que ayuden a los pacientes en el reto de prolongar su salud y bienestar.
“El Mineralograma es una prueba sencilla con resultados inmediatos, que ya está disponible en nuestros centros de Caracas y Quito”, explica la Dra. Katiuska Rivera, especialista en Dermoestética y Fotomedicina, pionera en el abordaje “Pro edad” en el país. Este estudio mide las deficiencias y excesos de vitaminas, minerales, oligoelementos y metales tóxicos en el organismo; sus resultados, en combinación con otros estudios que se realizan en el centro, son de gran valor para poder establecer tratamientos a la medida de la necesidad de cada paciente, refiere.
La Dra. Rivera dirige el centro de medicina para la belleza y longevidad ProAge Clinic, con sedes en Venezuela y Ecuador, el cual consolida sus años de experiencia y formación en este tema. ProAge Clinic es reconocida en ambos mercados por el enfoque innovador de su protocolo integral ProAge, para el control del reloj biológico, con una perspectiva que combina los avances en genética, endocrinología, dermoestética y nutrición.
Amenazas silenciosas
La exposición a estos metales pesados, explica la fundadora y CEO de ProAge Clinic, ocurre de manera silenciosa por múltiples fuentes, como ciertos cosméticos, alimentos, químicos ambientales, el agua, entre otros, y se vincula con efectos negativos sobre el sistema cardiovascular, la función renal, el sistema nervioso, la reproducción, el desarrollo del feto, así como el riesgo de cáncer. “Estamos rodeados, amenazados y expuestos”, advierte.
“El Mineralograma es un punto de partida para una evaluación integral que guíe a los pacientes dentro de un protocolo que denominamos la Ruta ProAge, que no es más que ese camino transformador hacia la salud que vamos recorriendo de forma consciente para alcanzar en el futuro una longevidad activa”, precisa la especialista.
Vivir más, vivir mejor
“La longevidad no es una moda. Hay un interés creciente sobre el tema, en simposios, congresos, estudios e investigaciones, abundante literatura reciente y, por supuesto, es motivo de polémica. La
razón es que cada vez hay más evidencia científica de que el envejecimiento no es una enfermedad, sino que, en un 80%, es el resultado de la forma como vivimos”, explica la Dra Rivera.
De ahí la importancia de adoptar un estilo de vida saludable, una transformación que comienza por conocer el organismo, su genética y el estado de las células, y evoluciona en la medida que se van incorporando acciones y hábitos favorables a lo largo de la llamada “Ruta ProAge”.
El camino hacia hacia la belleza y longevidad
Para iniciar esta Ruta ProAge, la especialista recomienda comenzar por el compendio de pruebas genéticas DNA Longevity, porque aporta valiosa información sobre la edad biológica de nuestras células y la propensión y probabilidades de adquirir determinadas enfermedades. “Conocernos genéticamente nos permite conocer nuestras oportunidades, debilidades y posibilidades reales. Sólo así podremos anticiparnos para abordar preventivamente esos aspectos de la salud que puedan verse comprometidos en el futuro”.
Un paso clave de este acompañamiento ProAge es la determinación del estado nutricional de las células del organismo. Aquí el Mineralograma es esencial, y debe ir de la mano con la consulta nutricional para realizar el análisis de los resultados de la medición de metales, minerales y vitaminas en el organismo; equilibrar las alteraciones bioquímicas y trazar un programa de nutrición, suplementación y desintoxicación del organismo, de acuerdo a los objetivos de salud del paciente.
También incluye la consulta endocrinológica, para regular las posibles alteraciones hormonales, a la par de una rutina de ejercicios y el manejo adecuado del estrés, que es un factor crítico de desajuste hormonal.
Otro paso fundamental de este circuito ProAge de atención especializada es la consulta dermoestética, para aquellos retoques estéticos que ayuden a mantener y mejorar la apariencia jovial, que resalten y recuperen el brillo y lozanía de la piel.
El bienestar como objetivo
«La vejez no es solo la edad que tenemos o una actitud ante la vida; la vejez es también el resultado de cómo hemos vivido, cuánto nos hemos cuidado, cómo nos hemos alimentado, cuánto ejercicio hemos hecho, cómo lucimos y cuán saludables están nuestras células», precisa la Dra. Rivera.
“Prepararnos desde ahorita para la vejez requiere de esa conciencia temprana de que lo que hagamos hoy, impactará nuestra vida en el futuro, de ahí la importancia de tomar el control”, advirtió la especialista para finalizar.