Los republicanos retienen escaños clave pero la batalla por el control del Senado sigue abierta
Las posibilidades de los demócratas de arrebatarle el control del Senado al Partido Republicano se han ido reduciendo a medida que este consiguió algunas reelecciones potencialmente decisivas. Se esperan noticias de otras carreras clave como Arizona, Carolina del Norte y Georgia.
El Partido Demócrata no sólo tenía esperanzas en estas elecciones de arrebatar la Casa Blanca a Donald Trump, sino también de lograr el control del Senado de manos republicanas, y controlar así el Congreso, puesto que en la Cámara de Representantes ya tenían mayoría desde 2018 y este martes la han mantenido.
Hasta el momento, el Partido Republicano tiene 47 escaños en el Senado, frente a 46 de los demócratas, con siete aún por decidir, según proyecta Noticias Telemundo. La mayoría son 51, uno menos para el partido que logre la Casa Blanca porque el vicepresidente tiene voto de calidad en caso de empate a 50.
Antes de estas elecciones, los republicanos mantenían el control del Senado con 53 escaños contra 47 demócrata (de ellos, dos son de senadores independientes que se unen a este partido). Así, los demócratas necesitaban ganar entre cuatro y cinco escaños en juego, además de obtener reelecciones en los que ya controlaban.
Antes de estas elecciones, los republicanos mantenían el control del Senado con 53 escaños contra 47 demócrata (de ellos, dos son de senadores independientes que se unen a este partido). Así, los demócratas necesitaban ganar entre cuatro y cinco escaños en juego, además de obtener reelecciones en los que ya controlaban.
Las predicciones tenían en cuenta también que un escaño de Alabama detentado por los demócratas pasaría previsiblemente a los republicanos, un escenario que se cumplió puntualmente este martes. Así, el senador Doug Jones dejó paso al contrincante republicano Tommy Tuberville, un exentrenador de football.
Las encuestas indicaban que las carreras decisivas se librarían en Colorado, Arizona, Maine, Carolina del Norte y Iowa, donde auguraban un empate o desventaja de los republicanos que defendían su escaño.
También se consideraba importante seguir lo que ocurriría en Montana, donde el gobernador Steve Bullock aspirab a quitarle el puesto al senador republicano Steve Daines.