Trump visita Kenosha y habla de «terrorismo doméstico»
«Estos no son actos de una protesta pacífica, son terrorismo doméstico», dijo Trump sobre las protestas y disturbios que se apoderaron de Kenosha, en Wisconsin.
«Estos no son actos de una protesta pacífica, son terrorismo doméstico», dijo en alusión a las protestas y disturbios que se apoderaron de esta pequeña ciudad de Wisconsin, estado clave para las elecciones de noviembre.
Trump llegó a Kenosha enfrentando las posturas del gobernador de Wisconsin, el demócrata Tony Evers, y el alcalde de Kenosha, John Antaramian, también demócrata, para reunirse con autoridades policiales y visitar los lugares vandalizados tras la violencia desatada desde que un policía blanco disparó contra Jacob Blake, un afroamericano de 29 años, frente a sus tres hijos.
«Los ayudaremos», prometió el Presidente a los comerciantes frente a una tienda quemada, y señalando a oficiales de policía apostados frente a edificios en ruinas, apuntó: «Estos hombres hicieron un trabajo maravilloso».,
Trump saludó a los simpatizantes que lo aplaudieron mientras pasaba por las calles de Kenosha. La policía y la Guardia Nacional erigieron barricadas de metal a lo largo de la ruta por la que transitaría la caravana de Trump.
Kenosha, pequeña ciudad a orillas del Lago Michigan, en el norte del país, se ha convertido en un microcosmos de las tensiones raciales e ideológicas en Estados Unidos casi cuatro años después de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Ha sido escenario de protestas del movimiento Black Lives Matter, donde se han producido disturbios y choques con grupos blancos armados y donde, en el apogeo de las tensiones, Kyle Rittenhouse, un joven de 17 años y simpatizante de las milicias, presuntamente mató a tiros a dos personas en una protesta e hirió a otra.
Los demócratas y los que piden una reforma policial ven a Kenosha como un símbolo del racismo institucional que lleva a enfrentamientos mortales entre policías y sospechosos afroamericanos.
Pero Trump denuncia lo que considera una «anarquía» en las ciudades gobernadas por demócratas y se presenta como la opción de «ley y orden» de cara a los comicios del 3 de noviembre.
El mandatario «se reunirá con la policía local y algunos dueños de negocios y evaluará los daños» por las protestas, dijo a periodistas su portavoz, Kayleigh McEnany.