Si pierde los sentidos del olfato o el gusto, preocúpese y consulte a un especialista
Un consorcio de científicos de 43 países encontró que la pérdida de estos sentidos son síntomas que indican que el coronavirus está alojado en el cuerpo.
Los primeros datos de este estudio se han obtenido a partir de 4.039 encuestas traducidas a varios idiomas y realizadas a pacientes o personas que hayan padecido la enfermedad; detrás está la iniciativa Consorcio Global de Investigadores Quimiosensoriales (GCCR, por sus siglas en inglés).
El objetivo, conocer si durante el período de enfermedad es generalizada esta pérdida de olfato, gusto y/o quemestesis, fenómeno por el que se sienten ciertas sensaciones en la nariz mientras se prueban sabores, por ejemplo lo que genera el picante en las fosas nasales.
Así, según los resultados, si el máximo de capacidad olfativa es de 100 % y el máximo de pérdida de esta cualidad es del -100 %, la media de la pérdida de percepción olfativa en las personas durante el desarrollo de la COVID-19 está en -79,7 %.
En cuanto al gusto pasa algo parecido; allí, la falta de gusto en pacientes con coronavirus fue del -69 %, mientras que la pérdida de quemestesis fue del -37,3 %.
En cuanto a sabores específicos, estos primeros datos recogen con qué frecuencia se producen esos cambios, es decir, cuántas personas de las que completaron la encuesta percibieron alguna variación.
Así, un total de 1.840 notaron cambios o dificultades a la hora de detectar el sabor salado; 1.788 mostraron alteraciones para el sabor dulce; 1.586 participantes notaron cambios en los amargos; 1.511 en la captación de los sabores ácidos; y 1.079 personas presentaron cambios a la hora de notar comidas sabrosas.
Estos primeros resultados se han publicado en el repositorio científico medRxiv, sin la revisión de otros expertos, pero el artículo ya ha sido aceptado por la revista científica Chemical Senses.
“Este es un primer estudio muy importante porque, a partir de demostrar que se produce pérdida de olfato (anosmia), de gusto (ageusia) y de quemestesis, podemos estudiar más cosas relacionadas con esos síntomas“, señala a EFE Paloma Rohlfs Domínguez, del departamento de Psicología y Antropología de la Universidad de Extremadura en Cáceres, y una de las firmantes de este primer artículo.