Alessia Drago y el año que lo cambió todo: su conexión con la danza comenzó en 2015
En el año 2015, Alessia Drago vivió un momento transformador que marcaría el inicio de un nuevo capítulo en su vida. Fue entonces cuando tomó su primera clase de baile, sin imaginar que ese paso aparentemente sencillo se convertiría en un ancla emocional y una fuente inagotable de felicidad.
«Desde ese momento no volví a detenerme», recuerda Alessie con emoción. Aquella experiencia inicial no solo despertó su pasión por el movimiento, sino que también sanó algo profundo en su interior. Bailar no fue solo una actividad artística; fue una forma de reconectar con su esencia, de sanar y florecer desde adentro.
La danza se transformó en su lenguaje, en su refugio, y en el espacio donde podía ser auténticamente ella. Cada coreografía, cada paso, le permitía soltar, expresar y crecer. Desde entonces, no ha parado: su energía, entrega y sensibilidad han hecho de su recorrido artístico una historia de evolución personal y plenitud emocional.
Hoy, Alessie es el reflejo de una mujer que encontró en el arte del movimiento una vía de empoderamiento y transformación. Todo comenzó en una sala de ensayo en 2015, y desde ese instante, su vida se llena de ritmo, propósito y autenticidad.