El nuevo escándalo de chuzadas del Ejército en Colombia a periodistas y personalidades internacionales
Así lo anunció el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, justo antes de que la revista Semana publicara nuevos hallazgos de «perfilamientos» a periodistas, políticos y representantes de oenegés. En algunos casos se habría perseguido también a fuentes de varios periodistas.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, confirmó que este viernes que 11 oficiales del Ejército fueron apartados de su cargo y un brigadier general solicitó el retiro voluntario por el escándalo de “chuzadas” orquestadas desde Inteligencia del Ejército. “Respetuosos de los procesos de investigación y, en aras de garantizar el debido proceso y la presunción de inocencia, el Ejército Nacional ratifica que tomará acciones inmediatas frente a las decisiones que vayan adoptando los entes judiciales y de control”, dijo el alto funcionario este primero de mayo desde la Escuela Superior de Guerra.
En su edición de este fin de semana, Semana hará públicos otros apartes de esta investigación. Según la publicación periodística, luego de que el entonces corresponsal del New York Times en Colombia, Nicholas Casey, diera a conocer las directivas del Ejército que significarían el regreso de los «falsos positivos», el comunicador se volvió un objetivo para Inteligencia Militar. Además de él, una serie de comunicadores, políticos y defensores de derechos humanos fueron objeto de lo que la institución castrense denominó «tareas especiales».
Entre las víctimas, dice Semana, están el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco; el corresponsal de la National Public Radio, John Otis; el del Wall Street Journal, Juan Forero; el fotógrafo Stephen Ferry; las periodistas de Time, Lynsey Addario y de Noticias Caracol, María Alejandra Villamizar, la directora de RCN Radio, Yolanda Ruiz; el director de Univisión, Daniel Coronell; el subdirector de Noticias Uno, Ignacio Gómez; la editora de la Unidad de Datos de El Tiempo, Ginna Morelo; así como periodistas de La Liga Contra el Silencio; miembros del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y de sindicatos como la Confederación General de Trabajadores (CGT); entre muchos otros. En varios casos, las «tareas especiales» fueron más allá de perfilamientos y el Ejército, asegura la publicación periodística, incluso intentó averiguar quiénes eran las fuentes de los comunicadores.
No es la primera vez que se denuncia este tipo de investigaciones llamdas chuzadas, en donde militares colombianos interceptan las llamadas de personalidades como las ya mencionadas.