Florida – Una segunda demanda civil por el hundimiento de un puente peatonal en Miami que costó la vida de seis personas fue presentada por una estudiante de la Universidad Internacional de Florida (FIU), centro que participó en el proyecto de construcción.
La demanda fue presentada por Emily Panagos, quien conducía su automóvil en el momento en que el puente peatonal de 950 toneladas todavía en construcción se desplomó y una parte aplastó la parte trasera de su vehículo.
El abogado Matt Morgan, que ya presentó el lunes una primera demanda civilante la justicia en nombre de un ciclista que resultó herido en el accidente, señaló que Panagos «sufrió graves heridas como resultado directo de que su auto quedó aplastado, a unas pulgadas literalmente» de perder la vida.
La chica tuvo que ser trasladada a un hospital cercano para ser tratada por heridas de primer grado, recogió el diario Miami Herald, que muestra en su edición de hoy una fotografía impactante de la parte trasera del auto completamente aplastada bajo una sección del puente.
El rotativo informó de que hoy se llevará a cabo el funeral por la muerte de dos de las víctimas mortales, Alberto Arias y Osvaldo González, una pareja de origen cubano, que quedó sepultada en su vehículo bajo los escombros.
Panagos, de 22 años, es una de las diez personas que resultaron heridas cuando el pasado 15 de marzo un puente peatonal que conectaba una zona del suburbio de Sweetwater con el campus de la FIU se vino abajo por causas todavía no determinadas.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos y otros organismos siguen investigando para determinar las causas del accidente y deslindar responsabilidades.
El fin de semana pasado se conoció que uno de los ingenieros de la firma encargada del diseño, FIGG Bridge Design, alertó por mensaje de voz a un empleado del Departamento de Transporte de Florida (FDT) de la existencia de una grieta en la plataforma, dos días antes de que se hundiera.
Pero en el mensaje, el experto dijo que, aunque «obviamente» habría que hacer«algunas reparaciones», esto no comprometía la integridad estructural del puente peatonal de 950 toneladas de peso y 174 pies de largo.
El FDT sostiene que la FIU era responsable de este proyecto de infraestructura que empleó una tecnología novedosa, el denominado método de «acelerada construcción» para su realización.
Según la FIU, este método, que reducía el «riesgo potencial a trabajadores, vehículos y peatones», se inició para evitar el peligro que suponía para los alumnos el cruzar los ocho carriles de la Calle Ocho.
Los trabajos del proyecto, su construcción e instalación fueron realizados por las firmas MCM Construction y FIGG Bridge Design, ahora bajo escrutinio de las autoridades.