¿FIN DE LA NECESIDAD DE CONSENSO EN LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA UE? por María G. Zornoza
La política exterior de la UE es prisionera de los Estados miembros, en tanto que cualquier comunicado necesita la luz verde de todas las capitales. Qué decir de las decisiones importantes. Alemania ha puesto sobre la mesa la idea de acabar con el consenso y pasar a una votación por mayoría para levantar el bloqueo que sufre la diplomacia europea.
“Estamos pensando en movernos a un voto por mayoría en la diplomacia y asuntos exteriores. Así podríamos responder con rapidez a las crisis y hablar con una voz, una voz europea”, señaló ayer en Londres Ursula von der Leyen, ministra de Defensa alemana, que mantendrá el mismo puesto en el Ejecutivo que lidera Angela Merkel si el domingo los afiliados socialdemócratas dan luz verde a revalidar la gran coalición.
Una anécdota cuenta que en 1970, Henry Kissinger, el entonces secretario de Estado norteamericano, fingió interesarse en tomar contacto con algún interlocutor válido en Bruselas: “¿Cuál es el número de Europa?”, dijo de forma irónica. 50 años después, la política exterior de la UE sigue estancada en despachos, comunicados y conferencias que evidencian, como en el caso de Siria, limitaciones, incoherencias y una incapacidad crónica.
El Tratado de Maastricht de 1992 buscó promover una solución con la definición de una política de seguridad y defensa común (PESD). Y Lisboa (2007) creaba el puesto de Alta Representante de Exteriores de la UE. Un cargo que asumió Javier Solana, después una criticada Catherine Ashton y hoy lo ejerce Federica Mogherini. Del mano del Servicio Europeo de Acción Exterior, la política exterior comunitaria ha ido ampliando su influencia y marco de acción –como demuestra la férrea defensa del acuerdo nuclear o su intento de liderazgo en el conflicto israelí-palestino-; pero sigue siendo prisionera de los intereses nacionales.
No obstante, podríamos decir que el 2017 ha sido su año. La salida del Reino Unido, el vacío que dejó el Estados Unidos de Donald Trump o los avances en la UE de la Defensa crearon el cocktail perfecto. “Los objetivos, e incluso la propia existencia de nuestra Unión están en entredicho. Y sin embargo nunca tanto como ahora han necesitado nuestros ciudadanos y el resto del mundo una Unión Europea fuerte”. Así comienza la Estrategia Global para la Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea presentada de la mano de Mogherini. «Los tiempos en los que los europeos podíamos confiar completamente en otros están quedando atrás. Debemos forjar nuestro destino con nuestras propias manos”, apuntó poco después la canciller alemana Angela Merkel.
Sin embargo, las acciones de Mogherini son a veces vistas como una intrusión en la soberanía nacional y sus declaraciones despiertan no en pocas ocasiones cierto recelo. Al bloque comunitario le ha costado mucho tener una única voz en política exterior. Sus diferencias quedaron evidenciadas tras las desavenencias entre Estados miembros en la guerra de Irak (2003). Pero ayer Alemania propuso levantar este bloqueo eliminando la necesidad de consenso.
“No podemos estar bloqueados por un país que no se quiere adherir a la dirección en la que Europa desea dirigirse”, apuntó la ministra en el London School of Economics en declaraciones que recoge Reuters.