Europa se la juega, advierte España; el MEDE es la solución, contesta Alemania por: María G. Zornoza
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La salvación de España e Italia ante esta crisis será también la salvación de la Unión Europea. “La UE se la juega”, es la advertencia que lanzan Roma y Madrid ante el decisivo Eurogrupo que arranca el martes para dar respuesta financiera al Covid-19. Hemos llegado tarde, pero hemos llegado, contesta Alemania avalando el uso del fondo de rescate (MEDE). Ahora bien, ni hablar de coronabonos, apunta Berlín en la antesala de lo que se prevé una negociación tensa y decisiva para el presente y futuro del proyecto comunitario.
Movilizar, informar o concienciar a la opinión pública es clave de cara a una ardua negociación. Y tener a buena parte de los ciudadanos en el mismo barco es crucial para ir más allá o frenar en seco las respuestas a grandes crisis. Los mandatarios de Italia, España o Alemania se han dejado ver en los últimos días por los principales medios europeos trasladando sus mensajes de solidaridad y alegatos para defender su postura en la mesa de negociación comunitaria ante el Covid-19.
“O estamos a la altura de las circunstancias o fracasaremos como Unión. Es un momento crítico en el que incluso los países y los Gobiernos más europeístas, como es el caso de España, necesitamos pruebas de compromiso real. Necesitamos una solidaridad contundente”, señala Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, en una tribuna publicada en varios medios y varios idiomas.
Un órdago que lanzó días antes Giuseppe Conte, primer ministro italiano, interpelando directamente a los ciudadanos alemanes advirtiendo de que “las decisiones que la UE tome hoy son las decisiones que marcarán su mañana”.
La UE se la juega, advierten los mandatarios de los países más golpeados por la pandemia. Mientras España es uno de los países más europeístas del bloque, Italia se convirtió en 2018 en el primer Estado fundador que votaba a una mayoría escéptica en las urnas. Y ya hay señales de que el coronavirus reforzará este sentimiento. Según una encuesta de Tecne, el 67% de los italianos creen que la pertenencia a la UE es una desventaja. Cuatro meses antes era el 47%.
Heiko Maas, ministro alemán de Asuntos Exteriores, y Olaf Scholz, ministro de Finanzas, también han lanzado su ofensiva mediática. Su postura es en buena medida la defendida por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que pertenece a la CDU de Angela Merkel. Berlín reconoce que la UE llegó tarde y no estaba preparada para hacer frente a la mayor crisis desde su fundación, pero llegó.
“Los padres y madres fundadores de Europa sabían que la solidaridad no es una calle de un solo sentido, sino que es un seguro de vida para nuestro continente. En esta crisis histórica debemos actuar con este espíritu. Necesitamos dar una señal inequívoca de la solidaridad europea en esta pandemia por coronavirus”, prosiguen que recogen varios medios nacionales, entre ellos El País.
Maas y Scholz enumeran y halagan las medidas adoptadas por diferentes instituciones hasta la fecha: los 750.000 millones de compra de deuda del Banco Central Europeo, los préstamos del Banco Europeo de Inversiones, la flexibilidad en el Pacto de Estabilidad y en las ayudas de Estado; o el reaseguro de desempleo europeo.
Y desvelan su apuesta para el Eurogrupo del martes: el acceso al fondo de rescate conocido como Mecanismo de Europeo de Estabilidad (MEDE). “Para España esto significaría 28.000 millones de euros de nuevos fondos. No necesitamos ninguna troika ni controladores ni ninguna comisión que elabore programas de reforma para un país determinado, sino ayuda ágil y bien enfocada”, argumentan.
Pero ni hablar de la mutualización de la deuda, en torno a los conocidos como coronabonos. Para España e Italia, el MEDE –sin condiciones- puede ser un buen comienzo. Pero ni mucho menos la solución a medio y largo plazo. El país transalpino se dirige hacia la peor recesión de su historia moderna y recurrir al MEDE evocaría a la estigmatización de un rescate financiero.
Madrid, por su parte, repite la necesidad de crear un Plan Marshall de reconstrucción europea para poner en marcha una economía de guerra. Berlín, al igual que Von der Leyen, respaldan la inclusión de este Plan Marshall en los presupuestos comunitarios, que se encuentran en plena discusión.
España repite a sus socios comunitarios que es el momento de avalar medidas novedosas y ambiciosas que “rompan los dogmas nacionales” del pasado. Es decir, de la crisis financiera de 2008, que pasará a la memoria de los europeos como la lucha encarnizada de la troika con una Grecia en el borde del precipicio.
El otro caballo clave en esta partida de ajedrez, Países Bajos, se alinea con la postura alemana y va un paso más allá proponiendo una especie de fondo sanitario para responder al Covid-19. Una idea muy alejada de la urgencia que claman las capitales más afectadas, donde se ve como una calderilla de caridad.
Con estas cartas sobre la mesa, los ministros de Finanzas de la zona euro se dan cita a través de videoconferencia dos semanas después de que así se lo encomendaran los 27 líderes de Estado y de Gobierno. Los mandatarios deberán celebrar otra cumbre virtual para rubricar o rechazar lo pactado en el Eurogrupo, pero todavía no hay fecha para este Consejo Europeo, que podría celebrarse el Viernes Santo.
Fuente: quieuropa.com