Entrevista exclusiva a Paola Vivas, reconocida periodista, empresaria y líder internacional
por Carbery M. · Publicada · Actualizado
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Recibir estos reconocimientos reafirma un compromiso constante con la comunidad latina, construido a lo largo de décadas en los medios de comunicación y hoy extendido a través de mi empresa y proyectos educativos. Mi voz ha sido una herramienta para visibilizar necesidades, abrir espacios de participación y generar oportunidades de crecimiento real. Cada iniciativa, cada mensaje y cada proyecto han seguido un propósito claro: servir con integridad, liderar desde el amor y transformar vidas mediante la educación, la comunicación y la inclusión.
Liderar, para mí, significa ser coherente entre palabra y acción, inspirar y acompañar a otros sin que el ego interfiera, demostrando que el verdadero liderazgo se construye desde el corazón y con visión. Estos reconocimientos no solo reflejan mi trayectoria profesional, sino también la fuerza de una comunidad que merece ser escuchada, valorada y apoyada en su progreso. Son un recordatorio de que servir con propósito y comunicar con intención es la manera más poderosa de dejar un legado duradero.
Me motiva la certeza de que un líder deja huella no por lo que logra, sino por cómo hace sentir a quienes lo rodean. Como dijo Maya Angelou: «La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir». He aprendido que la confianza y el respeto se construyen siendo coherente, escuchando con atención y ofreciendo herramientas que permitan a otros desarrollarse y brillar. Tomarse el tiempo para acompañar, comprender y guiar convierte el liderazgo en un acto de servicio genuino.
Este compromiso con la comunidad latina nace de la convicción de que cada acción puede abrir caminos, despertar talentos y ofrecer claridad en momentos de incertidumbre. Liderar con integridad, visión y empatía significa generar espacios donde la inclusión, el respeto y el reconocimiento del esfuerzo sean la base de cada decisión, asegurando que cada persona sienta que su voz y su potencial importan.
En Univisión tuve el privilegio de amplificar la voz de la comunidad latina, destacando su talento, sus desafíos y sus aspiraciones. Cada cobertura y proyecto se convirtió en un vehículo para transformar la comunicación en influencia, abrir oportunidades y movilizar a las personas hacia su desarrollo personal y profesional. Fue allí donde entendí que liderar significa servir con propósito, inspirar confianza y amplificar lo esencial.
Hoy, al frente de mi empresa, canalizo esa experiencia en acciones concretas: fortalecemos habilidades, motivamos a equipos y acompañamos a empresarios y colaboradores a descubrir su potencial más elevado, liderando con coherencia, integridad y visión estratégica.
Mi revista Evolucionando para el Éxito: El Gran Escenario Editorial se ha consolidado como un espacio para dar visibilidad a líderes auténticos, conectar talentos y reflejar compromiso y excelencia. Liderar en la actualidad implica transformar cada iniciativa en un legado que empodere a otros y genere un impacto tangible y duradero en la comunidad que servimos.
Mi familia ha sido el pilar y el espejo de los valores que guían mi vida, con Dios como eje de cada decisión y acción. Mi esposo, mis hijos y mis padres no solo me han acompañado, sino que, con su ejemplo constante, me han enseñado que el liderazgo auténtico se construye sobre la integridad, la visión y la coherencia. De ellos he aprendido que dirigir con propósito significa actuar con principios sólidos, respetar profundamente a quienes nos rodean y confiar plenamente en la guía divina que ilumina cada paso.
Contar con su presencia en esta ceremonia reafirmó una verdad que siempre he sostenido: ningún logro es individual. Cada proyecto, cada oportunidad y cada reconocimiento llevan la huella de quienes nos apoyan, inspiran y acompañan, y, sobre todo, del propósito que Dios pone en nuestro camino. Su ejemplo me recuerda que liderar con propósito implica actuar desde el amor, la humildad y la coherencia, dejando un legado de fe y valores capaz de trascender generaciones.
La comunidad latina enfrenta desafíos reales y complejos: desigualdad de oportunidades, escasa visibilidad de su talento y liderazgo, y barreras estructurales que limitan el acceso a educación, recursos y espacios de influencia. Estos retos no son solo individuales; son responsabilidades colectivas que demandan visión, acción y compromiso sostenido.
Superarlos requiere que cada persona se convierta en un motor de cambio: cultivando liderazgo, fortaleciendo redes de apoyo y utilizando la comunicación de manera estratégica para abrir caminos y generar oportunidades. Es esencial acompañar, inspirar y crear entornos donde la inclusión, la integridad y la confianza sean los pilares de cada decisión.
A lo largo de mi trayectoria he tenido el privilegio de conectar experiencias, talentos y perspectivas, integrando historias, sueños y aspiraciones para transformar desafíos en oportunidades. Cada testimonio que me han confiado confirma que el liderazgo auténtico trasciende resultados: se mide por el impacto que dejamos en la vida de los demás. Hoy, sigo comprometida con superar barreras, visibilizar el potencial y acompañar a nuestra comunidad a alcanzar su máximo desarrollo, guiada por un principio que resume todo mi propósito: ser la voz que une mentes, corazones y continentes.
6.Finalmente, ¿qué mensaje deseas dejar a las nuevas generaciones de líderes y soñadores latinos?
Cada desafío que enfrentamos es una oportunidad para crecer, transformar nuestra realidad y dejar un impacto positivo. Cultiven habilidades, construyan redes de apoyo, escuchen con atención y actúen siempre con integridad, respeto y pasión. La inclusión, la empatía y la confianza son los pilares que sostienen un liderazgo sólido y duradero.
Aprendan a establecer límites claros: no permitan que un «no» los detenga ni que otros manipulen su camino. Sean selectivos, cuiden su energía y su tiempo, y mantengan siempre el control de su propósito. La verdadera influencia no se mide por títulos o reconocimiento, sino por el efecto que tenemos en la vida de los demás.
Permitan que la fe y los valores guíen cada decisión y que el amor impulse cada acción. Que su liderazgo inspire, innove y comunique, manteniendo como guía un principio que resume todo mi propósito: ser la voz que une mentes, corazones y continentes.
