¡Golpe de Autoridad! Real Madrid se llevó el Clásico (2-1) y asalta el liderato

El Santiago Bernabéu fue testigo el pasado domingo de otro capítulo electrizante en la rivalidad más grande del fútbol, donde el Real Madrid se impuso 2-1 al FC Barcelona en un Clásico vibrante que no decepcionó en intensidad y drama. La victoria no solo consolida la moral del equipo de Carlo Ancelotti, sino que también les otorga el liderato provisional de la tabla.
El partido comenzó con una furia incontrolable, típica de estos encuentros. El Real Madrid, impulsado por su afición, logró abrir el marcador temprano. En el minuto 12, una genialidad individual de Vinicius Jr. por la banda izquierda culminó en un centro raso que Rodrygo empujó a la red (1-0). La ventaja, sin embargo, duró poco, ya que el Barcelona reaccionó con la velocidad de un rayo, encontrando el empate apenas cinco minutos después. Un balón filtrado dejó a Ferran Torres mano a mano con el portero, definiendo con clase para el 1-1.
El equilibrio de la primera mitad se mantuvo gracias a las intervenciones defensivas y a la solidez en el centro del campo, dominado por el eterno duelo entre Luka Modrić y Frenkie de Jong. Ambos equipos se anularon hasta el descanso, dejando la mesa servida para un segundo tiempo de infarto.
La jugada decisiva llegó a la hora de partido. Tras una presión alta recuperando el balón en campo rival, Karim Benzema habilitó a Federico Valverde. El uruguayo, conocido por su potencia y disparo de media distancia, soltó un misil imparable que se coló por la escuadra culé en el minuto 65 (2-1). Fue un verdadero golazo que se sintió como un puñal en las aspiraciones del Barcelona.
A partir de ahí, el partido se convirtió en un asedio blaugrana desesperado. El técnico visitante realizó ajustes ofensivos, buscando explotar las bandas, pero la zaga blanca, liderada por Éder Militão, se mostró implacable. El silbato final desató la euforia en el Bernabéu, confirmando que, al menos por ahora, la corona del fútbol español pertenece al conjunto merengue.
Este 2-1 no es solo una victoria de tres puntos; es una declaración de intenciones del Real Madrid en la carrera por el título, dejando al Barcelona con serias dudas sobre su capacidad para competir en los momentos cumbres.
