León XIV trabajará para que la doctrina social de la Iglesia afronte los desafíos de la IA sobre «la dignidad humana»

NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
El papa León XIV se ha comprometido este sábado a trabajar para que la doctrina social de la Iglesia Católica responda al desarrollo de la Inteligencia Artificial, que, según él, «comporta nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo». Lo ha hecho en una reunión celebrada en el Vaticano con los cardinales presentes tras el cónclave que el pasado jueves le eligió como 267º pontífice.
En el discurso que ha abierto el encuentro, León XIV ha pedido también seguir la «valiosa herencia» de Francisco y ha subrayado la importancia del «cuidado amoroso de los débiles» y el diálogo «valiente y confiado con el mundo contemporáneo», como ya hiciera en su primera misa oficiada este viernes.
En concreto, León XIV ha destacado varios puntos de la exhortación apostólica Evangelii gaudium que el pontífice argentino elaboró, como «el regreso al primado de Cristo en el anuncio, la conversión misionera de toda la comunidad cristiana, el crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad y la atención al sensus fidei, especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular, el cuidado amoroso de los débiles y descartados y el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades».
Para el nuevo obispo de Roma, estos puntos «animan e inspiran, desde siempre, la vida y la obra de la Familia de Dios, de los valores a través de los cuales el rostro misericordioso del Padre se ha revelado y continúa a revelarse en el Hijo hecho hombre, esperanza última de todos los que busquen con ánimo sincero la verdad, la justicia, la paz y la fraternidad».
El pontífice estadounidense ha explicado que «llamado a proseguir» el camino de Francisco, pensó en tomar el nombre de León XIV. La razón principal, ha indicado, es que el papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, «afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo».
De este modo, el papa ha cerrado su intervención compartiendo el deseo que San Pablo VI, en 1963, expresó en el inicio de su ministerio petrino: «Que sobre el mundo entero pase una gran llama de fe y de amor que ilumine a todos los hombres de buena voluntad, allanando los caminos de la colaboración recíproca y que atraiga sobre la humanidad, la abundancia de la benevolencia divina, la fuerza misma de Dios, sin cuya ayuda nada vale ni nada es santo».
Al inicio del acto, León XIV ha sido aplaudido por el Colegio Cardenalicio al completo y este se lo ha agradecido. Antes de sentarse han realizado una oración y el pontífice ha explicado los puntos de la reunión, que tras sus reflexiones, ha incluido una segunda parte para poder escuchar «los consejos, las sugerencias, las propuestas concretas, de las cuales que ya se ha hablado en los días anteriores al cónclave».
León XIV ha querido transmitirle a los cardenales que ellos «son los más estrechos colaboradores del papa», lo que le sirve de consuelo para saber que no está solo «con la carga de esta responsabilidad», al «aceptar un yugo que claramente supera», no solo sus fuerzas, «sino a las de cualquier otro».
«Ante todo, sé que cuento siempre, siempre, con su auxilio, el auxilio del Señor, y, por su Gracia y Providencia, con la cercanía de ustedes y de tantos hermanos y hermanas que en el mundo entero creen en Dios, aman a la Iglesia y sostienen con la oración y las buenas obras al Vicario de Cristo», ha remarcado el pontífice.
En su discurso, el papa ha agradecido la labor del decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, por «su sabiduría, fruto de una larga vida y de muchos años de fiel servicio a la Sede Apostólica», así como al camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell, por «el valioso y difícil papel que ha desempeñado durante el tiempo de la Sede Vacante y la convocación del cónclave».
«En este momento, a la vez triste y alegre, envuelto providencialmente en la luz de la Pascua, quisiera que contempláramos juntos el tránsito del recordado santo padre Francisco y el cónclave como un acontecimiento pascual, una etapa del largo éxodo a través del cual el Señor sigue guiándonos hacia la plenitud de la vida. En esta perspectiva, confiamos al ‘Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo’ el alma del pontífice difunto y también el futuro de la Iglesia», ha encomendado León XIV.