El desafío del islamismo que sobrevuela el incierto futuro de Siria
NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
«Esta victoria significa una nueva historia para toda la umma (nación) islámica y para la región». Fueron las palabras de Abu Mohammad al Golani en la emblemática mezquita de los Omeyas de Damasco. El líder de HTS eligió ese lugar para proclamar la victoria sobre el dictador sirio, Bachar Al Asad. La imagen se asemeja a la del líder del autodenominado Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, proclamando el califato, en julio de 2014, desde la Gran Mezquita al Nuri de Mosul.
Para entonces, Al Golani ya se había distanciado de Al Baghdadi y, como líder del Frente Al Nusra, había jurado fidelidad al hombre fuerte de Al Qaeda, Al Zawahiri. En aquellos años, Al Golani mantenía que Siria sería gobernada bajo la ley islámica y que no habría lugar para las minorías religiosas. En 2016, rompió con Al Qaeda y su grupo adoptó el nombre de Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), considerado terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU. Permaneció desde entonces en Idlib con el apoyo de Turquía y estableció una administración que incluye una limitada libertad religiosa y también medidas represivas. En 2013, Estados Unidos le incluyó en su lista de terroristas globales y ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que condujese a su captura. Todavía sigue en esa lista.
Ahora tendrá que demostrar que se toma en serio su reciente promesa de moderación, diálogo e inclusión. Al Golani ha ido cambiando también su aspecto y su indumentaria, incluso se ha recortado la barba, para alejarse de la típica imagen del yihadista para mostrarse como un islamista moderado.
Muchos de sus cambios recuerdan a los de los talibanes, cuando en 2021 se hicieron con el poder en Afganistán. Se les llegó a calificar de talibanes 2.0. Tres años después, han establecido un régimen totalitario donde solo tienen cabida los talibanes y sus acólitos y donde las mujeres sufren un apartheid de género. El tiempo dirá si en Siria estamos ante unos yihadistas 2.0. Detrás de la estrategia de HTS está su ideólogo, Abd al-Rahim Atoun, que ve a los talibanes como modelo. Las dos organizaciones se apoyan y comparten ideología. Atoun es jefe del Consejo de la Sharia de HTS y confidente de Al Golani. Su orientación ha sido decisiva para que HTS se alejase de objetivos yihadistas transnacionales y se centrase en el objetivo de establecer un régimen islámico en Siria.
El enfoque pragmático de Atoun se inspira en las negociaciones de los talibanes con los países occidentales y en su retorno al gobierno de Afganistán. Pero parece haber optado por una transición más ordenada frente al caos institucional tras la toma del poder por los talibanes y la huida del gobierno y los funcionarios de la república. Al primer ministro provisional, Mohammed al-Bashir, se le ha visto en varias apariciones flanqueado por dos banderas, la de los insurgentes y nueva bandera de Siria y la blanca con la inscripción de la shahada, profesión de fé, el primer pilar del islam. El estandarte del emirato islámico de Afganistán de los talibanes es igual.