Cambio de hora octubre 2024: ¿cuándo empieza el horario de invierno? ¿Cómo nos podemos adaptar mejor?
NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
Con la llegada del otoño, se repite uno de los rituales más característicos del año: el cambio de hora. Esa pequeña alteración en los relojes, aunque parece insignificante, tiene un importante impacto en las personas e incluso en la economía. El ajuste al horario de invierno, que busca aprovechar mejor la luz natural y optimizar el consumo energético, suele ser motivo de debate entre los expertos por sus posibles efectos en la salud.
Este 2024, la cita está marcada para la madrugada del 26 al 27 de octubre. A las 3:00 de la mañana, el reloj retrocederá una hora y regresará a las 2:00. En Canarias, como siempre, el cambio se produce una hora antes, de modo que a las 2:00 será la 1:00. Para muchos, la tecnología hará todo el trabajo: teléfonos móviles, ordenadores y otros dispositivos conectados a internet cambiarán automáticamente la hora, así que no habrá que preocuparse de realizar una configuración manual. Sin embargo, los relojes analógicos tradicionales, que no cuentan con la conectividad necesaria, sí requerirán una intervención para garantizar que la hora se sincronice correctamente. En cualquier caso, es recomendable revisar los dispositivos para asegurarse de evitar confusiones o sustos al despertar.
En la UE, el cambio está regulado por una directiva europea que establece una fecha y horario común para el inicio y el final del horario de verano, con el propósito de aprovechar al máximo las horas de luz natural. Desde la década de los años 70, los países europeos han ajustado sus relojes dos veces al año. En el caso de España, este cambio está programado al menos hasta 2026, como indica la Orden Ministerial que detalla las fechas de todos los cambios hasta entonces.
Entonces, ¿se duerme una hora más o menos? Es la pregunta habitual siempre que se acerca un ajuste de los relojes, pero su respuesta es sencilla. Con el cambio al horario de invierno, el reloj se atrasa, lo que significa una hora extra de sueño. Este horario durará hasta el 30 de marzo del próximo año, cuando se adelantará nuevamente para regresar al horario de verano.
Aunque dormir más suene como una buena noticia, en una era de despertadores inteligentes y dispositivos conectados que ajustan la hora automáticamente, nuestras máquinas parecen adaptarse al cambio horario más rápido que nosotros. Atrasar el reloj tiene un impacto en nuestro reloj biológico, ese mecanismo interno que controla el ciclo de sueño y vigilia según la luz natural. Cuando se desincroniza este reloj interno con el horario ambiental, es frecuente sentirse más irritable y sufrir insomnio, fatiga o dificultad para concentrarse. De acuerdo con la Sociedad Española del Sueño (SES), la adaptación al nuevo horario puede tardar hasta diez días, aunque varía en función de la persona y lo habitual es que no dure más de un día. Los niños y las personas mayores son los grupos más vulnerables, junto a quienes padecen trastornos del sueño.
Sin embargo, no todos los cambios son igual de perjudiciales. Según la SES, el cambio al horario de invierno es menos disruptivo que el de verano. Al retrasar una hora el reloj, se ajusta mejor al ciclo natural de luz y oscuridad, lo que facilita un despertar más acorde al amanecer. Esto promueve un ritmo biológico más estable y puede ayudar a mejorar el rendimiento intelectual y reducir el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, la depresión y problemas cardiovasculares.