La crisis bilateral entre Marruecos y Argelia provocó que este último cortara en noviembre de 2021 el mayor de sus gasoductos con España, el Magreb-Europa. Las instalaciones conectaban los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel con el puerto gaditano de Tarifa a través de Marruecos. El reino alauí ingresaba en forma de derechos de paso un montante superior a los 50 millones de euros anuales, así como 800 millones de metros cúbicos de gas argelino a un precio estable, que le permitían abastecer a sus centrales eléctricas. Pero Argel decidió cerrar el grifo.
El país magrebí pretendía dañar la línea de flotación de la economía de Marruecos, su principal rival en el Magreb con el que compite por la hegemonía regional. Los sucesivos enfrentamientos diplomáticos a cuenta del contencioso del Sáhara Occidental terminaron por implosionar en agosto de 2021, cuando el jefe de la diplomacia argelina, Ramtane Lamamra, anunció la ruptura de sus relaciones bilaterales. Desde entonces, Argelia ha utilizado la energía como una herramienta para presionar a su vecino.
Pero el acercamiento diplomático entre España y Marruecos, consolidado hace unas semanas con la Reunión de Alto Nivel (RAN) celebrada en Rabat, destensó la delicada situación del reino alauí. En febrero del curso pasado, España se comprometió con Marruecos a permitir que adquiriera el gas natural licuado en los mercados internacionales, lo descargara en las plantas de regasificación en España y utilizara después el gasoducto del Magreb en un sentido contrario al habitual para conducirlo hasta Marruecos, según adelanto Leila Benali, la ministra marroquí de Transición Ecológica. En junio de ese mismo año, esta operación empezó a llevarse a cabo.
Desde ese momento, comenzó a ampliar el volumen de exportaciones a Marruecos, que han alcanzado recientemente los 553 GW/hora cuando un año antes el volumen apenas superaba los 60 GW/hora. Se trata de un crecimiento exponencial de la venta de hidrocarburos del 821%. En los seis meses en los que el gasoducto ha estado en activo, España ha traspasado a Marruecos un total de 1.882 GW/hora, según los registros de Enagás.
Ahora, el Gobierno de España espera que Marruecos abone 2 millones de euros anuales por esta operación, de acuerdo con la estimación difundida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en una respuesta parlamentaria al Partido Popular. El país norteafricano “paga las tarifas en vigor para acceder a la regasificación”, subraya el Gobierno, que se sitúan en esos 2 millones de euros. Es decir, España no comercializa el gas que llega desde Argelia, sino que Marruecos lo importa de los mercados internacionales. España pretende mantener a Marruecos la misma tarifa impuesta tanto a Francia como a Portugal por prestar los mismos servicios en 2022.
Argelia protestó ante España en cuanto supo que el gasoducto Magreb-Europa sería utilizado para nutrir a Marruecos. Pero la empresa energética española Enagás trasladó a la energética argelina Sonatrach que el gas natural licuado que recibe Marruecos no procede de sus yacimientos. Enagás asegura disponer de un complejo sistema para medir cada molécula de gas transportada, sin embargo, el gestor del sistema no es capaz de saber qué empresa comercial es la encargada de realizar la operación con Marruecos.
El Gobierno de España priorizó las relaciones con Marruecos a las de Argelia, lo que le llevó a respaldar el apoyo a la propuesta de autonomía bajo soberanía marroquí para el Sáhara presentada por Rabat. En respuesta, Argelia rompió sus vínculos diplomáticos y congeló sus intercambios comerciales con España. La crisis bilateral no ha afectado a las exportaciones de gas, pero sí al precio.