Las cifras que se conocen de la operativa de los últimos meses y de los resultados económicos son positivos para Iberia, que ha perfilado su hoja de ruta para la temporada que se inicia en octubre con un objetivo que podría resumirse en una frase: la vuelta a la normalidad anterior a la pandemia. Recuperación o aumento de rutas y frecuencias, así como contar con más aviones para hacer frente a estos objetivos. La flota se elevará a 148 aparatos desde los 131.
El verano está siendo, no obstante, muy exigente, según palabras del presidente de la aerolínea, Javier Sánchez-Prieto, quien se ha referido a la falta de personal en los aeropuertos que ha afectado a vuelos y, por consiguiente, a los clientes de las compañías aéreas. Si bien, Iberia, ha añadido, ha salido prácticamente ilesa del caos aéreo; ha sido la compañía más puntual de Europa en junio y la quinta del mundo, evitando además cancelaciones masivas de vuelos.
Ahora se prepara para el reto de la nueva temporada, que sigue marcada por el alza de los precios del petróleo y con la amenaza de la recesión económica global en un planeta aún supeditado a la guerra en el este de Europa. En este escenario Iberia confía la recuperación o mejora de las cifras anteriores a 2019 a la evolución de diversos destinos: América Latina, Estados Unidos, y también en un mayor despliegue de los vuelos de corto y medio radio, como los que tienen tanto como punto de partida como destino aeropuertos españoles.
Hacia Estados Unidos la aerolínea española perteneciente al grupo IAG, del que también forman parte British Airways, Aer Lingus, Vueling y Level, extenderá la operativa hacia Dallas, con cuatro frecuencias en marzo. Y aumentará los vuelos a dos destinos estrella en ese país: Nueva York y Miami. Asimismo, se ha programado para el invierno vuelos a todos los destinos de Estados Unidos a los que volaba antes de la pandemia
En América Latina, un objetivo prioritario es reforzar la conectividad con México, que se consolida como el mercado más relevante de la aerolínea, seguido de Argentina, Perú, Puerto Rico, Uruguay o Panamá. Y ha programado vuelos tres veces por semana hacia Río de Janeiro y Caracas; crece además la conexión con La Habana (5 frecuencias por semana), así como la ruta Guatemala-El Salvador (7), Quito (6), y Guayaquil (3).
Para Europa la meta es un mayor despliegue, entre otros destinos, hacia Italia, Francia y Portugal, y con el objetivo de captar clientes no únicamente con fines vacacionales; se ha detectado el aumento de la demanda de viajes relacionados con actividades de empresas. En esta línea ha programado siete frecuencias adicionales a Milán (de 28 a 35 vuelos semanales) y Roma, con cuatro frecuencias más y 37 vuelos semanales. En Portugal, crece en Lisboa hasta 40 vuelos semanales (hasta seis vuelos diarios), y ofrecerá su ruta a Madeira. A Bruselas, Ginebra y Burdeos reforzará también su capacidad.
En España, las aerolíneas del grupo ofrecerán un programa de vuelos enfocado, dada la temporada que se inicia con el otoño, en el tráfico de negocios y en las islas Baleares y Canarias, y recuperará en la temporada de invierno la operativa en el Puente Aéreo Madrid-Barcelona anterior a la pandemia con 87 frecuencias semanales y hasta 15 vuelos diarios por sentido.
El desglose de los resultados del segundo trimestre del año de IAG, que suman 293 millones de euros, frente a las pérdidas de 967 millones del mismo periodo del ejercicio previo, muestran que Iberia fue la sociedad que más aportó al grupo. Aer Lingus obtuvo beneficios por 15 millones; British, más de 60 millones de euros, Vueling alcanzó los 40 de millones, mientras que Iberia llegó a los 93 millones. British sigue más afectada por el cierre de fronteras en destinos asiáticos.