La Comisión Europea ha recibido de buen grado el cambio de postura de España con respecto del Sáhara Occidental. En palabras de la portavoz de Asuntos Exteriores del Ejecutivo comunitario, Nabila Massrali, la sorpresiva decisión del Gobierno de Pedro Sánchez “beneficia” las relaciones de los Veintisiete con Marruecos. Aunque ha dejado claro que la cuestión sobre el estatus territorial deberá ser resuelta por los cauces de Naciones Unidas.
“La Unión Europea da la bienvenida a todo desarrollo positivo entre sus Estados miembros y Marruecos en su relación bilateral, que no puede ser sino beneficiosa para la implementación del acuerdo de asociación euro-marroquí en su conjunto”, ha declarado este lunes Massrali durante una comparecencia de prensa. Bruselas da así su visto bueno a una postura que también han adoptado miembros como Alemania y Francia, este último de una forma más ambigua.
La ofensiva diplomática a nivel europeo puesta en marcha por Marruecos parece haber dado sus frutos. El representante del Reino alauí en Bruselas, Youssef Amrani, ha liderado una campaña de persuasión que ha logrado convencer en tiempo récord a dos socios comunitarios de peso como son Alemania y España, contrarios desde hace décadas a reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, tras varios meses tensando la cuerda diplomática.
Pedro Sánchez rompió el viernes la histórica neutralidad de España en el conflicto reconociendo ‘de facto’ el control de Marruecos sobre la región. Así, el presidente del Gobierno envió una misiva al rey Mohamed VI en la que reconocía el plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara Occidental como la base “más seria, realista y creíble” de todas las soluciones dadas hasta ahora para resolver el litigio mantenido por Rabat y el Frente Polisario.
El principio de acercamiento ha contentado a los Veintisiete. Las relaciones de Marruecos con los países miembros siguen siendo positivas, tal y como revelan las declaraciones de la portavoz de Exteriores, a pesar de la anulación en septiembre de los acuerdos comerciales y pesqueros entre Rabat y Bruselas. Un fallo del Tribunal General de la UE que impidió al Reino alauí exportar productos agrícolas a Europa desde la región del Sáhara Occidental por no contar con la aprobación del Frente Polisario.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se comprometió entonces a mantener las relaciones comerciales con Marruecos en una comparecencia conjunta con el titular de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y desde entonces la Comisión Europea ha hecho todo lo posible por reforzar los vínculos preexistentes con Rabat. Para el Reino alauí se trata de una cuestión crucial, puesto que la Unión Europea es su mayor socio comercial.
Las recientes visitas a Marruecos de la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, y el comisario de Vecindad y Ampliación, Olivér Várhelyi, encargados de sellar importantes acuerdos de inversión y cooperación, ponen de relieve que el interés estratégico de la Unión Europea en el Norte de África se canaliza a través del Reino alauí, un socio que mantiene a su vez estrechas relaciones comerciales con varios Estados miembros.
Sin embargo, durante su comparecencia, la portavoz ha insistido en que la salida para el conflicto “debe reposar sobre compromisos en conformidad con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”. Massrali ha subrayado que la solución para el Sáhara Occidental “debe ser política, justa, realista, pragmática, sostenible en el tiempo y mutuamente aceptada”. Una postura que ha reafirmado este lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, encargado de anunciar el viraje del Gobierno de España en materia de política exterior.
El enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, ha recibido este lunes en Bruselas a Albares tres días después del anuncio de la decisión del Gobierno de España. La decisión de aceptar el plan de autonomía marroquí ha supuesto un giro de 180º en la postura tradicional de Madrid en la cuestión nacional más relevante en materia de asuntos exteriores, y se ha convertido en una derivada que influye de forma directa en la acción de la ONU sobre el contencioso.
En el que ha sido el tercer cara a cara entre Albares y De Mistura desde que este último asumiera la plaza de enviado especial en el Sáhara Occidental, ambos han discutido el litigio abierto en 1975 con la retirada de España de la que fuera su 53ª provincia. Un repliegue inducido por la creciente debilidad del régimen franquista y el órdago del rey Hassan II con la movilización de la Marcha Verde.
Según Albares, el objetivo del encuentro ha pasado por transmitir al veterano diplomático, encargado de mediar entre Marruecos y el Frente Polisario, “el apoyo de España a su labor para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas”, sin mencionar el último paso dado por su Gobierno. Una posición que se corresponde con la de Ejecutivos anteriores pero que, a priori, no encaja con la aprobación de la propuesta marroquí puesta negro sobre blanco por Sánchez.
El diplomático italo-sueco dice haber tomado “buena nota” durante la conversación con el ministro Albares, quien se hallaba pendiente de reunirse con sus homólogos europeos en Bruselas. Desde que asumiera el puesto en noviembre, De Mistura ha contado con el respaldo de todos los actores involucrados en el Sáhara Occidental para resolver el conflicto bajo el paraguas de Naciones Unidas. El organismo internacional ha hecho saber que España sigue apostando por la resolución 2602 aprobada en 2021.