España va perdiendo ídolos en el mundo del deporte. Gasol medita retirarse del baloncesto, Nadal ha renunciado ya a los Juegos Olímpicos, Fernando Alonso sobrevive como puede en la Fórmula 1 y de los campeones del mundo de fútbol quedan 12 en activo, pero los Casillas, Xavi, Puyol, Iniesta o Torres han dejado paso a las nuevas generaciones.
Mientras España busca nuevos favoritos para engancharse al deporte, Jon Rahm llama a la puerta de los mejores. Nadie entiende de golf, pero muchos españoles se fueron a la cama casi a las 3 de la madrugada del lunes 21 de julio de 2021 viendo como un tipo de Barrika (Bilbao) hacía dos birdies (anotar en un golpe menos de los que establece el hoyo) en los hoyos 17 y 18 de las instalaciones de Torry Pines en San Diego (California).
El mundo del golf es desconocido para muchos. Hasta lo tachan de elitista, como en su día hicieron con el pádel. Pero las licencias crecen y las mañanas de niños y abuelos en los campos de toda España son ya una estampa habitual. Severiano Ballesteros hizo mucho por el golf fuera del golf. Enganchó al público a practicarlo y puso en alerta a las futuras generaciones para que buscaran la chaqueta verde y se ganaran el respeto.
Jon Rahm va camino de convertirse en leyenda del golf. Su proyección dice que superará con creces a Sergio García o Miguel Ángel Jiménez, por nombrar dos grandes del golf español en activo. Lo que pasó en Torry Pines no fue casualidad. El libro ‘Jon Rahm: Señalado por los Dioses’ (Ten Golf, 2020) cuenta cómo un mito como Phil Mickelson reclutó a Rahmbo para el programa de la Universidad Estatal de Arizona y decidió abrirle las puertas del mundo del deporte profesional. En San Diego llegó la primera victoria de Rahm como miembro del PGA Tour en 2017. Y allí fue donde pidió matrimonio a su novia Kelley Cahill, pareja desde la universidad en Arizona y madre de su hijo Kepa desde abril de 2020. Su primera gran victoria llegó en la semana donde se celebra el Día del Padre en América.
Jon Rahm March Rodríguez nació en 1994. Su apellido paterno se debe a otras generaciones que trabajaron en Suiza, aunque él decidió modelar el golf que llevaba dentro en marco del deporte universitario para Arizona State Sun Devils. El modelo norteamericano de ofrecer al alumno y aliciente deportivo casi profesional mientras estudia nunca podrá igualarlo otro lugar del mundo. Rahm estudió y terminó Comunicación en Arizona mientras aprendía inglés escuchando canciones de Eminem. Su novia Kelley Cahill estudió Biología y se mientras se dedicaba al lanzamiento de jabalina.
A Rahm se le quedó corta su progresión en la Real Federación Española de Golf en Madrid y en la Escuela Nacional Blume. Para un niño prodigio del golf su futuro estaba en Estados Unidos, aunque los pilares psicológicos se los llevó de Madrid y de Barrika en su mochila. Porque los primeros años fueron duros y el idioma parecía un hoyo insalvable. La disciplina mental inculcada por su coach Joseba del Carmen le ha permitido mantener a raya su fuerte temperamento, ese que le impide cometer errores a la vez que le obliga a ser el mejor.
Rahm es el primer español en conseguir el US Open de golf en 120 años de historia. Ahora pone su objetivo en los Juegos Olímpicos de Tokio donde intentará darle a España una medalla de oro y seguir creciendo. Jack Nicklaus es el mejor golfista de todos los tiempos con 18 majors. Tiene buena sintonía con el español y, tras ganar el US Open, apuntó que “ganará muchos más torneos grandes”. No es un cumplido, es la realidad de un chaval agraciado por la genética para dedicarse al golf.
La COVID también llegó a la vida de Rahm. A principios de junio dio positivo en el hoyo 18 del Memorial Tournament que organiza Nicklaus en el poblado de Dublin (Ohio). La PGA tuvo la poca delicadeza de comunicárselo delante de la prensa justo en el momento de salir a jugar. Una situación incómoda, aunque Rahm nunca quiso señalar a la organización. Asintomático, su única obsesión era no haber contagiado a su pequeño de cuatro meses. Todo salió bien, se recuperó y se jugó todo a la carta del US Open para empezar a dar guerra en los majors del golf.
El futuro le tiene reservada una chaqueta verde como la que vistió Ballesteros en 1980 y en 1983. Desde el cielo sigue guiando los caminos del golf español. De los birdies en California, a un Eagle, o a un albatros y, quién sabe, si algún día Rahm le restará cuatro golpes a un hoyo y entrará en la historia del cóndor. Desde Barrika, para el mundo del golf.
