Ocho consejos para bebés que nacen en verano
Noti-América (España)
Madrid,España.
El verano es una de las épocas más bonitas para un niño: piscina, helados, horarios más flexibles, viajes a lugares lejanos… Durante esta época, debido al calor, los padres adaptamos los horarios de nuestros hijos para que no sufran mucho y pasen estos meses lo mejor posible a pesar de que hay días en los que parece que en las calles hubiera fuego.
Pero, ¿y los bebés y los recién nacidos? Todos sabemos que durante los primeros meses de vida de un niño hay que tener en cuenta una serie de cosas, ya que que tienen una serie de necesidades especiales debido a que estos niños no son adultos en chiquitito, y durante el verano la cosa cambia un poco respecto a los otros meses del año.
Así que aquí os dejamos nuestros consejos, con especial cariño par los padres primerizos, para que paséis un verano sin sobresaltos disfrutando de vuestras pequeñas criaturas ¡Vamos a ello!
1. Los recién nacidos tienen el mismo frio y el mismo calor que las personas adultas
A pesar de ello, su organismo no es capaz de adaptarse a cambios bruscos de temperatura. Por ejemplo, si hace mucho calor no es capaz de sudar igual que los adultos, por lo que si le sobreabrigamos podrás recalentarse. Y al contrario, tampoco es capaz de tiritar para generar calor si hace frio. Por todo ello, si el lugar en donde vivís hace calor en verano, es adecuado que usen ropa ligera, incluso de manga corta; por el contrario, si hace fresco, está bien vestirlos con ropa un poco más abrigada. Al final, el mejor termómetro para saber qué ropa poner a los niños durante estos meses es utilizar el sentido común.
2. No pasa nada por usar ventiladores o aires acondicionados en las habituaciones en las que duerme un bebé
Es frecuente que en las habitaciones donde vivimos o donde dormimos haga mucho calor por lo que es habitual que echemos mano de ventiladores o del aire acondicionado para estar más cómodos. Como os decíamos, los bebés también tienen el mismo calor que los adultos, por lo que procurarles una estancia confortable es adecuado. De todas formas, no les debería impactar de forma directa el chorro de aire del ventilador, y una temperatura adecuada para el aire acondicionado es aquella que deje la estancia a unos 26ºC.
3. Pasear con un bebé es una de las actividades más adecuadas que deben hacer los padres durante los primeros meses de vida de sus hijos
Además, esta actividad física moderada resulta muy adecuada para la recuperación del parto de la mamá. Lo apropiado durante los meses de verano es evitar las horas centrales del día en las que hace mucho calor y salir a pasear a primera hora de la mañana o a último hora de la tarde. Aunque el porteo es una forma muy cómoda de transportar a vuestros hijos, quizá sea mejor durante estos meses usar el capazo para evitar el calor que os dais mutuamente y que estén más fresquitos.
4. Los bebés recién nacidos pueden ir a la playa y la piscina
No existe ninguna recomendación médica que disponga que los niños de esta edad no puedan acompañar a sus padres a la piscina o a la playa. De todas formas, siguiendo el consejo anterior, se deben evitar las horas en las que haga más calor. Por otro lado, aunque sean pequeños, no hay ningún inconveniente en que también disfruten de algún baño corto junto a sus papás y mamás, eso sí vigilad la temperatura del agua para que no se enfríen.
Por otro lado, como tienen la piel muy sensible, es preferible que para estos niños las piscinas sean de sal y con una cantidad mínima de cloro. Acordaros de aclararles la sal o el cloro con agua dulce al acabar el baño.
5. Por debajo de los 6 meses de vida a los niños no les debe dar el sol
Aunque esto parezca que contradice al consejo anterior, una cosa es bajar a la piscina o a la playa y otra bien distinta que expongamos a nuestros hijos al sol. Por ello, durante los primeros meses de vida lo adecuado es que los niños estén a la sombra y empleen ropa de manga larga y un gorrito para que estén protegidos lo máximo posible del sol. Existen algunas cremas de protección solar que se pueden usar desde le nacimiento, aunque esto no significa que podamos dejar a los bebés alegremente al sol. En cualquier caso, los filtros minerales para el sol con protección de 50 SPF son los más adecuados a esta edad ya que son los que menos irritaciones de piel producen. Además, siempre podéis comprarles ropita con protección solar certificada que son aptas para que se mojen (habitualmente de venta en tiendas deportivas, buscad prendas con al menos 40 de UPF, sobre todo por si les vais a dar algún chapuzón).
De todas formas, tampoco hay que volverse loco e ir buscando la sombra como si vuestro hijo fuera un vampiro. No pasa nada si van en el carro o en brazos y al doblar una esquina el sol les baña la piel durante unos pocos segundos mientras echáis la capota o les cubrís con una gasa.
6. La mejor protección contra las picaduras de insectos son las medidas físicas
Los bebés no están exentos de que en verano sean la cena perfecta para un mosquito que ronde por casa o una arañita que se haya instalado en su habitación. Por desgracia, la mayoría de los repelentes de insectos que han demostrados ser eficaces (IR3535 y DEET) no están autorizados en menores de un año. Por debajo de esa edad, y por encima de los dos meses de vida, el empleo de citronela ha demostrado ser seguro, aunque no es tan efectivo como los otros repelentes y requiere de aplicaciones repetidas frecuentes.
De todas formas, la mejor forma de prevenir estas picaduras es el empleo de ropa de manga larga y de mosquiteras encima de las cunas o camas.
7. Si hace calor, los bebés pueden tener más sed de la habitual
Al igual que los adultos, cuando hace calor el metabolismo del bebé es mayor respecto a cuando hace frío. Entre otras muchas cosas, esto se traduce en que su cuerpo necesite una mayor ingesta de líquidos para funcionar correctamente. Sin embargo, por debajo de los seis meses, ese aumento de necesidades hídricas está cubierto de forma adecuada con las tomas de leche (ya sea de pecho o de biberón) que hacen al lo largo del día. En ocasiones, lo que nos deciden los padres de los niños pequeños es que aumentan un poco la demanda de tomas, como si necesitaran un poco más que en los meses anteriores; en el caso de los bebés que toman pecho, esas tomas en las que el bebé busca saciar la sed suelen ser cortas, ya que la primera parte de la toma del pecho es la que más cantidad de agua contiene.
Por otro lado, a partir de los seis meses de vida, podéis empezar a ofrecer un poco de agua a vuestros hijos, sobre todo en las comidas, pero recordad que la leche hasta los doce meses sigue siendo el alimento principal y, como es lógico, esta aporta una gran cantidad de líquidos.
8. Los recién nacidos pueden hacer viajes largos
Uno de los mitos más extendidos es que los recién nacidos y los bebés más pequeños no deben hacer viajes largos porque esto puede influir en su salud. Nada más lejos de la realidad. De hecho, es mucho más sencillo el viaje con un niño de uno o dos meses que con otro de año y medio. De todas formas, lo que hay que hacer es adaptar el viaje a las necesidades del bebé. Por ejemplo, si vais en coche, lo adecuado es parar cada 2-3 horas para que el bebé descanse de la postura del sistema de retención del coche y además pueda comer (y ya de paso aprovecháis para cambiarle el pañal).
Respecto al avión, pasa tres cuartos de lo mismo, no por ser pequeños el viaje se vuelve más complicado. En estos casos, ya que la maleta suele ir en bodega, haced una bolsa con todo lo que pueda necesitar el niño (sobre todo ropa y toallitas por si se mancha y el biberón y la fórmula en el caso de que tome lactancia artificial).
Como veis, tener un hijo en verano no es tan complicado como pudiera parecer al principio, basta con aplicar un poco el sentido común y adaptar un poco nuestro día a día las necesidades del bebé. Esperamos que estos consejos os sirvan para que disfrutéis al máximo de las vacaciones que están a la vuelta de la esquina.