Las elecciones madrileñas han sepultado, 11 días antes del 15-M, una década donde la indignación de una juventud antisistema no sólo no ha cambiado el mundo, sino que, desgraciadamente, lo ha empeorado. El bipartidismo corrupto y los nacionalismos insaciables encontraron en las nuevas agrupaciones políticas los eslabones más débiles para cuartear la Constitución y el Estado de derecho; objetivo: acabar con la Transición y con la Monarquía.
Acudí a la Puerta del Sol para conocer de cerca aquel fenómeno sociológico que venía a redimir a los oprimidos del capitalismo. Los eslóganes conectaban con los del 68: “Prohibido prohibir”. Las asambleas permanentes eran una borrachera de ideas entre tiendas de campaña rodeadas de basura. El Kilómetro 0 se contaminó desde el primer minuto y la crisis negacionista de ZP, nos trajo, tras el ladrillazo, un Gobierno con mayoría absoluta que no sirvió para nada; la inestabilidad política y económica se instaló entre nosotros hasta que llegó la pandemia china con 120.000 muertos y nos está llevando, pese a la vacunación, -no sabemos ni qué hacer con las dosis de AztraZeneca-, a un callejón sin salida.
Ha sido una década de corrupción, encanallamiento, golpismo, blanqueamiento del terrorismo, abandono de las víctimas y el nacimiento del primer Gobierno de coalición social-comunista que nos ha traído la ruina. Solo hay que pasear por el corazón de nuestras ciudades para saber que la crisis moral es superior al cierre de establecimientos con lo que eso conlleva de paro y desesperación. Y que la recuperación se retrasará otros diez años.
El 4 de mayo, con la victoria de Isabel Díaz Ayuso –no la del PP de Pablo Casado-, los madrileños hemos dicho no al totalitarismo, no al sanchismo y no a Unidas Podemos de Pablo Iglesias. La mayoría ha hablado. En libertad. Habla, pueblo habla. Y habló. Y ha dicho que el guerracivilismo, el comunismo y el fascismo son la izquierda caviar. Solo Ayuso ha sacado más escaños que todos juntos. El varapalo a Pedro Sánchez ha sido paralelo a su desprecio por Madrid. Gabilondo, -buen hombre, mal candidato-, un títere en manos de Moncloa. La humillación a la que le ha sometido el aparato es propia de un partido totalitario. Se va sin recoger su acta de diputado de la Asamblea mientras los internistas arreglaban su corazón. Susana Díaz correrá la misma suerte en Andalucía. Pedro no tiene piedad. El PSOE ha sido tercera fuerza, por detrás de Más Madrid, una franquicia podemita –roja por dentro y verde por fuera- que Errejón no tuvo el valor de llamarla Más España y la transmutó sin éxito en Más País… de la nada. Tiene razón Alfonso Guerra cuando asegura que “la izquierda no tiene agallas para defender la unidad de la Nación”.
Aquel 15-M de 2011, una multitud cabreada se manifestaba en varias ciudades españolas y luego en algunas capitales europeas para embriagarse coreando consignas anticapitalistas: “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”; “me gustas democracia, pero estás como ausente” (plagio a Neruda); o, “No nos representan”. El asedio al Congreso terminó con cargas de la Policía. Los amotinados, con la anuencia del vicepresidente Rubalcaba, inyectaron en las redes sociales todo el rencor y el odio que Iglesias imprimió luego a su movimiento revolucionario. El tiempo ha constatado que su “asalto a los cielos” consistía en comprar a bajo precio (especulación) un “casoplón” mirando al Valle de los Caídos. ¡Qué heroicidad la de exhumar los restos de Francisco Franco 45 años después de muerto! Solo les ha faltado condecorarse con una medalla pensionada. Como señaló el expresidente uruguayo Julio María Saguinetti, “cuando muere un dictador, forman cola los valientes”.
El líder de Podemos dimitió porque la gente descubrió que es un impostor. Que se los pregunten a los trabajadores del Parla, Móstoles o Leganés. “¡Jamás con Iglesias!” gritaban a preguntas de El País. Nunca nadie hizo tanto daño a España en menos tiempo. ¿Por qué nos desprecia tanto si no le hemos hecho nunca ningún favor? Iglesias fue a rendir pleitesía a Oriol Junqueras en la cárcel de Lledoners, defendió al huido y cobarde Puigdemont e inició el blanqueamiento de ETA, empezando por su socio Arnaldo Otegui. En connivencia con el zombi Marlaska –a quien ahora quieren resucitar de entre los muertos vivientes- se inventó las amenazas con balas de fogueo- mientras sus matones agredían a militantes de VOX en Vallecas. Después, hemos sabido que Iglesias mantenía unas cloacas (máximas) en Unidas Podemos desde 2015 para atacar a propios y extraños. En ese año, su KGB podemita descubrió el fraude de la tesis doctoral de Pedro Sánchez pero cuando saltó el escándalo tres años después, se posicionó a favor del inquilino de La Moncloa en la moción contra Rajoy.
La irresistible ascensión de este comunista irredento le llegaría dos años después al colocar a la madre de sus hijos como ministra de Igual-da y él se convirtió en vicepresidente segundo del Gobierno de España. Un tipo que juró lealtad a la Carta Magna y al Rey y nunca cumplió su palabra. ¡Grandiosa su representación al exigir a Felipe VI, en plena campaña, que condenara las “amenazas” de su sobre de correos (sin controlar ni en Interior) con 4 balas o, que su silencio, le delataría como cómplice de la ultraderecha!
¡Qué alivio tras el 4-M! Gracias Isabel porque primero lo echaste del gobierno y luego de la política. Te debemos tres cañas con pincho de tortilla. Falta ahora que el doctor Sánchez subvencione con fondos (frescos) europeos la bancarrota de Roures -como hizo con Plus Ultra- y lo coloque para hacer en “La Sexta verdadera” (todavía “Gol”) programas muy antimonárquicos, muy sociales y muy inclusivos. La dictadura de las audiencias le puede convertir en el gran competidor de Sálvame de Luxe de Jorge Javier.
Resulta cuando menos sospechoso -“a buenas horas mangas verdes”, que dicen en mi pueblo salmantino-, que el TC haya declarado inconstitucional los nombramiento de Iglesias y de Redondo como miembros del CNI utilizando un decreto-ley sobre medidas contra el Covid19. En resumen: desde este mes de las flores con la “espantá” del “ex coletas”, somos más, somos mejores y somos más libres. ¡Tanta paz lleve como tranquilidad nos deja don Pablelenin! Adiós a una década de odio, mentiras, insultos al pueblo y a la Corona y de culto a su personalidad (ver foto) como si fuera Lenin, Stalin, Mao, Fidel, Chávez, Maduro o Kim-Jong-un. Todos a la vez. Cierre la puerta al salir. Gracias.
El final del estado de alarma ¬-un poder absoluto durante más de un año a una persona sin escrúpulos ni principios- se ha convertido en un estado de caos. Barcelona, Sevilla, Navarra, Madrid y Salamanca son cuatro ciudades asaltadas por la fiebre del sábado noche donde la gente joven y menos joven han confundido libertad con libertinaje y con la irresponsabilidad.
Hace más de un año, la vicepresidente Carmen Calvo se comprometió a modificar la Ley de Salud Pública para que las CCAA tuvieran herramientas suficientes para encarar la pandemia tras la deserción del Gobierno de la Nación. Tiempo perdido. Ni el ministro de Justicia ni la titular de Sanidad han ofrecido alternativa de co-gobernanza. Será el TC el que decida el criterio de los recursos presentados ante los TSJ por las propias Autonomías. Es decir, los jueces convertidos en creadores de leyes inexistentes. La Justicia travestida en un Congreso bis. ¿Cabe mayor irresponsabilidad? Cabe. El ínclito Conde Pumpido, ex Fiscal General del Estado y hoy en el Alto Tribunal vuelve a mancharse la toga con los polvos del camino arropando normativas como los nombramientos de los “cnitistas” Iglesias y Redondo y el recorte de competencias del CGPJ, obligando a los magistrados a pronunciarse políticamente.
Desde que llegó a La Moncloa en 2018 por la puerta de atrás, el doctor Sánchez nos ha sometido a un caudillaje imperial que por fortuna se paró en Madrid a primeros de mayo. Han pasado doscientos trece años y dos días después de aquel glorioso 1808. El pueblo se sublevó contra el nuevo Napoleón. En 32 meses todo lo ha tocado y todo lo ha hundido: instituciones, economía, sociedad, sanidad, educación, justicia, exteriores –la sumisión a México, Venezuela y Marruecos confirma la decadencia de su reinado fantasma. Le quedan otros 32 meses para terminar la legislatura. Seguiremos en la resistencia.
Como siempre, en los momentos duros, no ha dado la cara. El presidente se ha escondido una vez tras abrir y contar las papeletas de las urnas madrileñas. Los periodistas que le siguieron a Oporto (Cumbre de la UE) y a Atenas no pudieron obtener una respuesta sobre su derrota. ¿Tienen las empresas de comunicación (decentes) el deber de seguir el jefe del Ejecutivo en sus viajes fuera de casa cuando es incapaz de dar una explicación en rueda de prensa? A eso le llama transparencia. ¡Manda trillos!
Una semana larga después compareció en el Congreso para insultar al jefe de la oposición –“se le está poniendo cara de Rivera”, le dijo a Casado” y a Santiago Abascal. Luego lanzó a sus “kamikazes” ministras (González Laya, Montero y Maroto -la da la navajita plateá-) para que le echaran la culpa de la situación del turismo a Díaz Ayuso. Primero le culparon porque venían los franceses y luego porque no llegaban los británicos. El día anterior había iniciado su cuenta atrás hacia la “inmunidad de rebaño”. Siempre en la cuenta atrás. Nos quedan 99 días; 98, 97 días… ¡Qué cruz, Señor! ¡Vacuna, vacuna y vacuna! Parece un practicante.
Y entretanto, sin saber qué papeles ha entregado en Bruselas; eso sí, tras el derroche en el gasto (ministerios, asesores) se descubre que nos freirán a impuestos: IRPF, IVA, Patrimonio, Sucesiones, Tasas Google y Tobin, Sociedades, fiscalidad de las Sicavs, Plásticos, gasoil, autopistas, autovías y aeropuertos. Una “mordida” para recaudar 78.500 millones de euros al año. Ellos le llaman armonizar y dicen que lo pagarán los ricos. Un golpe seco en la espina dorsal de toda la clase media. Todo impuesto. Ordeno y mando. Cúmplase.
Paralelamente, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá sin encomendarse ni a Dios ni a Roque, presentaba unas tablas impositivas para autónomos que iban desde los 280 a los 1.250 euros mensuales, según ingresos. Lorenzo Amor, presidente de ATA, fue tajante: “Es un cachondeo total”. Y, todo ello y como siempre: sin dialogar con nadie. Eso sí, se le llena la boca de propaganda barriobajera: “Juntos somos más fuertes y nadie se quedará atrás”. Debe referirse a sus socios y a sus asesores. Estos últimos (unos 770) y algunos altos cargos se han repartido en plena crisis con 6 millones de parados, 728 millones en sobresueldos. Ni una palabra de la ministra de Hacienda. El caos es la mejor seña de identidad de este gobierno sin ritmo y sin rumbo.
La UE nos dará dinero si hacemos reformas; desde las pensiones a las administraciones públicas. Día tras día, gastamos 495 millones de euros más de los que ingresamos. El déficit y la deuda superan el Everest. Es una suerte pertenecer a un club comunitario (el BCE) en este tiempo de crisis permanente. Aunque nos mande un Gobierno frente-populista. Esperemos que hayan aprendido la lección del castizo pueblo madrileño. Por favor, que no nos hagan perder más el tiempo con el pasado, el progresismo, el fascismo y la extrema, extrema derecha. ¿No gobiernan ellos desde hace casi tres años con comunistas, golpistas, separatistas y terroristas? ¿No es este Consejo de Ministros el que prepara los indultos a Junqueras, Puigdemont y asociados? ¿No es éste el Ejecutivo que ha entregado las competencias de Instituciones Penitenciarias al PNV? Como dijo Rosa Díez: “Marlasca los acerca y Urcullu los pone en la calle”. Cualquier martes los 23 ministros reunidos en comunidad, romperán la Caja Única de la Seguridad Social y la entregan directamente a Ajuria Enea. A ERC, Junts por Waterloo y la CUP le ofrecerá el referéndum de secesión. Ya han llegado a un acuerdo para repartirse el presupuesto. Ese es el precio que tiene que pagar inexorablemente por seguir en la Moncloa. Y tras el 4-M habrá que neutralizar a Podemos y potenciar al verde Errejón. La lección de las urnas no admite interpretaciones. Así no. Menos propaganda, menos agitadores en las redes sociales y la televisión y más consenso con la oposición. Volver a la Constitución es el camino. Me temo que en Moncloa, el objetivo principal sea destruir a una mujer con nombre y apellidos: Isabel Díaz Ayuso. Un nombre sinónimo de Libertad. Madrid, Isabel, Libertad. Para despistar, han empitonado a dos socialistas nobles y decentes: Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros. Terminarán abriendo expedientes de expulsión a Felipe González y a Alfonso Guerra.
Pedro Sánchez ha trepado como una enredadera por las mentes de sus deudores, que son muchos mientras su estrella se apaga. Está atrapado por sus compañeros de viaje, lo peor de cada casa. Y ha destrozado no solo a los suyos sino a los liberales de doña Inés Arrimadas. Ahora quiere abrir el melón de la Constitución para cambiar el término disminuidos por discapacitados.
Los ciudadanos no vamos a olvidar tanta prepotencia transformada en repentina humildad ´-“es el momento del consenso”, aseguró después del descalabro en la Villa y Corte”. Pero él solo consigue tratos con los enemigos de España. Como buen discípulo de Zapatero sabe que “la izquierda unida (de momento) no será vencida”. Ojo al centro y a la derecha. Se puede. Los madrileños lo hemos hecho.
El 13 de abril de 1970 a las 21.08 (CST) el astronauta Jack Swiger al mando del Apolo XIII llamó a la base para decir: “Hemos tenido un problema”. Una gran cantidad de luces de advertencia se encendieron indicando la pérdida de dos de las tres fuentes de energía. El Apolo XIII solo pudo circunvalar la Luna y volver a casa. Fue un milagro. Yo recuerdo el regreso y la angustia de la entrada en la atmósfera terrestre porque estaba hospitalizado y me acababa de comprar mi primer transistor. La fe y el coraje de la tripulación salvaron las vidas de los tres tripulantes. Y el honor de la NASA y de USA. Pero la frase se convirtió en un himno de supervivencia: “Houston, tenemos un problema serio”. En Moncloa, Pedro, e Iván no han entendido el mensaje. Se han encendido todas las alarmas para la cuenta atrás a las generales -pasando previamente por las municipales y autonómicas de 2023, naturalmente-; la mochila del Rey Sol está vacía. Su vicepresidenta Yolanda Díaz, militante del PCE pero cabeza de cartel de UP ha aprendido algo: “Menos twiter y menos ruido”, ha exigido a sus diputados.
Pedro Sánchez solo tiene dos respuestas: ¡Vacuna, vacuna y vacuna! Y ¡2050, 2050, 2050! Largo nos lo fiais. Ni aunque nos inyectaran la Pfizer cada semana vamos a inmunizarnos contra este tiempo de alarma, de improvisación, de caos y de autoritarismo. Ni olvidaremos a las víctimas sin contar del Covid19, ni sus incineraciones clandestinas sin el consuelo de sus allegados ni el obsceno obsceno grito en el Parlamento del presidente Sánchez: ¡Viva el 8M! En agosto dictaminó casi por decreto ley que habíamos vencido al virus. Hoy solo quiere amortizar su incompetencia vendiendo vacunas como si fuera un brebaje para el crecepelo.
No podemos creer en sus políticas, señor presidente. Si aún le queda algo de empatía, hable con los socialistas de antes, bájese del Falcon, hable con la gente y vea que, como dice el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, tenemos un problema con el desempleo en plena pandemia. Un problema muy grave. Usted es el problema. Utilice los fondos solidarios para mejorar las vidas de los que menos tienen, de los que están en las colas del hambre y en la del paro. Convoque cuanto antes un Debate sobre el Estado de la Nación, otro a los 15 días sobre el Estado de las Autonomías y, en medio, el Consejo de Presidentes para buscar soluciones urgentes con expertos de verdad.
Genere igualdad de oportunidades con una educación pública de calidad para que luego los ciudadanos con su esfuerzo y su talento, puedan alcanzar sus sueños. Aparque su vanidad y actúe. Legisle para que el éxodo de este primer fin de semana sin aduanas interiores no aumente a finales de mayo la curva ni de los infectados ni la de los muertos. Hablamos de vida, no de política; así de simple. Usted es el primer responsable para solucionar nuestros problemas. Déjese de promesas que no va a cumplir y de hablarnos de futuro cuando nos estamos quedando sin presente. Ayuso no es el enemigo. Olvide las mentiras que ha contado de la foto de Colón –ya no mete miedo a nadie- y vuelva a la senda del PSOE verdadero y de la Constitución. El kilómetro 0 hacia el cambio ha comenzado en Madrid. O cambia usted o le esperaremos en las urnas en el 23 y en el 24.
Votaremos en libertad. Como a principios de mayo. Aprenda algo de un español universal: Rafa Nadal que ayer conquistó, con dolor y coraje, por décima vez, la ciudad de Roma.
Antonio REGALADO dirige BAHÌA DE ITACA en: aregaladorodriguez.blogspot.com