España goleó 6-0 a Alemania y estará en la Final Four de la segunda edición de la Nations League. Los partidos serán del 7 al 10 de octubre de 2021. Once meses por delante en los que conoceremos al nuevo campeón de Europa y, quién sabe, si habrá pasado el mal sueño de la pandemia.
Bendito despropósito el de la Nations League. La UEFA se inventó este sistema para hacer más amenos los parones de selecciones. Pausar la Liga tres veces nada más comenzar ha sido muy duro para los aficionados de clubes. Ver cómo tu selección se enfrenta a grandes potencias es mejor que un España – Islas Feroe. Que tomen nota los equipos de la Superliga. Estos torneos son una máquina de amasar dinero, pero ver a tu selección o a tu equipo el último de la tabla puede atragantar a más de uno.
Nadie se acuerda de cómo España llegó al último partido ante Alemania jugándose el pase a la ronda final. El aficionado no distingue qué partidos han sido oficiales y cuál ha sido el amistoso. En estos días España ha pasado de perder 1-0 con Ucrania en partido de Nations League, a empatar 1-1 con Países Bajos en un amistoso, para acabar goleando a Alemania en un partido tan oficial que los germanos hubieran pasado a la Final Four con un empate. Mientras los informativos nos bombardean con la segunda ola, la vacuna y los presupuestos del terror, el aficionado cambia de canal y se engancha a un partido de segunda o a un partido de España. Da igual.
‘La Roja’ de Luis Enrique va tomando forma. Hasta el propio seleccionador vuelve a ser el que era. Seco y poco simpático cuando se le acumulan las ruedas de prensa. Ese talante serio se va moldeando a base de preguntas tan molestas como, por ejemplo, cuestionarle si se enteró de que a Suiza le habían expulsado a un jugador. Le preguntaron por Ramos y sus dos penaltis fallados. Y hasta por su portero favorito para la Eurocopa del próximo verano. Valientes periodistas que sufren con la selección la misma censura sibilina que en LaLiga cuando escuchan aquello de “solo preguntas sobre el partido, por favor”.
En el plano deportivo el aficionado tiene que saber que España no tiene jugadores emblemáticos que influyan sobre el rival con su presencia. Son jugadores de altísimo nivel liderados por un Sergio Ramos al que se le va a hacer duro echarse a un lado. Los pocos que tienen cartel no son indiscutibles. De Gea, Thiago o Morata pueden ir convocados o no ir. La enésima revolución española no acaba de engrasar la máquina de jugar al fútbol de clase mundial.
Unai Simón le ha quitado el puesto a De Gea. Kepa vive perdido en Londres. Pau es como el Guadiana porque su rendimiento tampoco es para hacer historia con España. En el resto de las posiciones Luis Enrique juega a probar. Ni el delantero centro es la firma del juego del combinado español. Morata va convocado porque marca goles con la Juventus. Paco Alcácer debería ser el referente por su regularidad, pero Luis Enrique no le ha llamado. Gerard Moreno cumple, pero podría desaparecer en la próxima convocatoria. Los jugadores no acaban de dar el paso en sus equipos y eso pone las cosas difíciles al técnico asturiano que se defiende explicando que elige a los jugadores en función del rival. El argumento es bueno porque parece que tenemos un abanico de estrellas. Pero cuando el balón rueda no se sostiene.
La transición de la selección española va a ser larga. Desde el ridículo que permitió Del Bosque en el Mundial de Brasil hasta que España vuelva a levantar un título pasarán años, jugadores y seleccionadores. Quizá hasta otro presidente. El nivel de la Liga ha bajado y los jugadores que emigran juegan con diferentes esquemas. La Eurocopa de 2021 será un alivio para todos. Que se pueda jugar y, quién sabe, si con público en las gradas ya será un triunfo. España hará lo que pueda con lo que tenga. No es poco, pero falta nivel, experiencia, títulos, grandes partidos…
Los recuerdos de España se olvidarán cuando el VAR vuelva a las andadas en los campos de Primera. Con el próximo Barcelona-Atlético de Madrid. En cada alineación de Zidane ahora que Ramos se ha lesionado. Por cierto, el sevillano va a marcar la actualidad de las próximas semanas. Su renovación es el eterno culebrón de Florentino Pérez que sabe que no puede deshacerse del jugador que le ha dado todo. Pero también le ha quitado el sueño con sus chantajes con Manchester y China. Y cuando todo eso acabe y firme la renovación, hablaremos de su convocatoria con España para los Juegos Olímpicos de Tokio. Esta España nuestra.