Primer Empleo
NOTIAMÉRICA (ESPAÑA)
Madrid,España.
Etimológicamente la palabra felicidad viene del vocablo latín felicitas, que significa fértil, fortuna, buena estrella, así que, si nos limitamos estrictamente al vocabulario, una persona, organización, entidad, familia, empresa, pueblo, estado, etc. no puede ser exitoso y tener un buen camino si no lleva en su ADN y existencia la felicidad. Y esto, es lo que muchas empresas aún no han entendido, ya sea porque nuestra educación y cultura organizacional aun es guiada por las teorías de siglos pasados, donde el SER humano dejo de ser importante, dándole prioridad al dinero, los resultados, los procesos, los cargos. Y espero que no sea mal entendido mi mensaje, no digo que estos aspectos dentro de una organización o empresa no sean indispensables, son muy importantes, pero hizo que nos olvidáramos de lo realmente esencial para que una empresa sea fértil.
Este tema, que para la gran mayoría es muy subjetivo y etéreo, se puede volver un proceso objetivo, medible y cuantificable, y ha encontrado, que la primera experiencia del colaborador, la cual, desde mi punto de vista y que pocas compañías tienen en cuenta, es que inicia desde antes de su vinculación y no está alineada con lo que las nuevas generaciones, que muchos han denominado Millennials o Centenials están esperando encontrar en su primer empleo. Sus expectativas de un trabajo o empleo son muy diferentes a aquellos que ya superamos los 30 o 40 años, entonces me pregunto que estamos haciendo para cuidar y proteger a la juventud en lo comúnmente se llama “primer empleo”.
Entrando en detalle y de acuerdo con los resultados obtenidos durante estos últimos dos meses en el revolucionario modelo MIFE (medición internacional de felicidad empresarial), han participado voluntariamente más de 1.000 personas de habla hispana de 20 países aproximadamente y analizando las cifras a la fecha en que se escribe este artículo, debido a que varían a diario acorde con el diligenciamiento de la medición, allí se hace todo el diagnóstico de diferentes variables o indicadores que van en una escala de 1 a 100 puntos y que hacen parte de la felicidad de una persona en el ecosistema dentro de una organización.
Enfocándonos en los resultados obtenidos con las personas menos de 30 años, podemos encontrar cifras muy interesantes que nos permiten evidenciar la situación actual de este grupo poblacional y las decisiones que tanto empresas, como gobierno deben tomar para mejorar sus condiciones laborales. A continuación, enumero los aspectos que para mí son importantes:
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- Con una puntuación de 40/100 se evidencia que la educación financiera es una de las falencias más grandes dentro de la formación que recibe un colaborador.
- Con una puntuación de 41/100 califican que las empresas no promueven la autoestima en sus entornos de trabajo o lo que es peor algunos de sus líderes dañan la autoestima de los colaboradores.
- Con una puntuación de 54/100 encontramos que aún estamos en la escuela de salir a buscar culpables al momento de cometer errores o poder manifestar el miedo o la frustración en el trabajo.
Incluso la herramienta nos permite hacer un zoom mucho más profundo ya que hay una gran diferencia entre hombres y mujeres, mientras que para los del sexo masculino su nivel de felicidad general está en una escala de 68/100, para las mujeres tan solo llega a 58/100. Existe un gap de 10 puntos entre los dos géneros, pero ¿qué marca esa gran diferencia? Adentrémonos en profundidad en las cifras entre hombres y mujeres:
Fuente: https://www.midelafelicidad.com/medicioninternacionaldefelicidad/
Es evidente que ambos géneros son felices en su entorno familiar, lo cual es muy importante en este momento en que nuestro hogar se ha convertido en nuestra oficina. Que difícil seria trabajar en un sitio donde las personas que nos rodean no nos ayudan con nuestra felicidad y además convivimos allí.
Pero me parece bastante crítico la gran diferencia entre los indicadores de educación financiera, autoestima y manejo de miedos y errores. Las políticas que algunos gobiernos de equidad de género e igualdad entre hombres y mujeres ya es hora de que empiecen a vivir y sentirse en todas las empresas del mundo.
Para concluir, es esencial que la experiencia que las empresas, tanto públicas como privadas están brindado a las nuevas generaciones, no pueden ser las mismas con las que nos recibieron en los años 90 y comienzos de siglo, el mundo está transformándose a gran velocidad, el COVID19 le puso la quinta o sexta velocidad a esta transformación y si las organizaciones no se anticipan y se preparan para estos cambios, no esperemos en los próximos años contar con personas comprometidas, fans de nuestras propias empresas y mucho menos construir empresas rentables, productivas y fértiles.
Autor: Oscar Rodríguez
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