La simbiosis entre Educación Social y Psicología es el mejor antídoto contra las adicciones en Sevilla
Nota de Prensa – Comunicae Media
Así lo afirma Antonio Molina, educador social y fundador del proyecto Fromm Bienestar. Pionero en conjugar lo mejor de la psicología, la psiquiatría y la intervención socioeducativa para dar respuesta a la situación de tantos jóvenes que caen en las garras del juego y la ludopatía, así como a tantas personas que necesitan ayuda por su adicción a la cocaína, el alcohol o el hachís. La desintoxicación de adicciones trasciende ya del plano personal y se traslada necesariamente al social y familiar
Educación social, psicología y psiquiatría como un tridente poderoso en la prevención y el tratamiento de las adicciones
En la actualidad es bastante común encontrarse con la metodología cognitivo-conductual para intervenir en casi cualquier trastorno o enfermedad mental, por tanto no es de extrañar que también sea la más empleada para el tratamiento en problemas de adicciones. Sin embargo, en el centro de desintoxicación Fromm Bienestar, con un modelo de intervención único en España basado en el trabajo interdisciplinar, han puesto de manifiesto que la complementariedad entre lo terapéutico y socioeducativo arroja mejores resultados y sobre todo consolida mayor índice de recuperación al largo plazo. Esto quiere decir que la colaboración entre profesionales de distintas ramas, que participan de manera coordinada y reglada en los procesos de recuperación de personas que sufren alguna adicción, es vital para alcanzar el éxito deseado por ellas y sus familias, consolidando el objetivo final de cualquier programa de rehabilitación que se precie.
Así nace el modelo socioanalítico, diseñado y estructurado por Antonio Molina Serrano, educador social y dinamizador comunitario de profesión con una larga trayectoria en el tratamiento de adicciones y conductas adictivas, así como en la prevención e intervención socioeducativa con menores y adolescentes en conflicto, tanto en comunidades terapéuticas como en diversos centros o dispositivos públicos y privados, donde asegura que ha aprendido a escuchar más allá de las palabras. Aunque en realidad atribuye a su propio proceso terapéutico y de autoconocimiento la pasión por lo inconsciente y el psicoanálisis, si bien deja claro que solo lo percibe como una forma de aproximarse al «deseo real de ayuda» para hacer mejor su trabajo, depositando todo lo concerniente a la práctica clínica a su equipo de psicólogas y psiquiatra, siendo el punto en el cual se complementan las disciplinas de cada profesional, funcionando como una especie de bálsamo que envuelve de forma integral la esfera biopsicosocial de quien se pone en sus manos.
«trabajo interdisciplinar, confianza y escucha son las claves de nuestro éxito»
El trabajo en equipo es una realidad que se debe potenciar en los tiempos que corren, cada vez más complejos y llenos de incertidumbre, para intentar por todos los medios alcanzar respuestas certeras sobre quiénes son y qué hacer. No solo como individuos sino también como sociedad. Por eso la necesidad de colocar la educación social en la base de la pirámide del modelo socioanalítico, donde la psicología y la psiquiatría funcionan como las aristas necesarias para que el vértice sea el culmen del proceso personal de toda aquella persona que decida «mirarse al espejo» y verse despojada de máscaras, corazas y demás mecanismos que conllevan un alto precio y que aleja el bienestar de su vida.
La prevención, la gran olvidada
«La prevención en conductas adictivas y drogodependencias es la gran descuidada de nuestras administraciones públicas, que normalmente ponen el foco en lo urgente y descuidan lo importante» asevera Antonio Molina, describiendo lo urgente como la intervención o la reducción del daño y lo importante como la necesidad de anticiparse y prevenirlo, o al menos concienciar y sensibilizar para corresponsabilizar a la población, porque si no hay información ni trabajo preventivo, la intervención directa sobre el problema ya generado terminará por colapsar cualquier sistema que pretenda sustentar sus pilares en lo público y universal. De hecho, advierte sobre la problemática que desde hace años sufre la sanidad pública en la atención y el tratamiento de adicciones, con una cobertura claramente insuficiente que da como resultado la necesidad de atender la enorme demanda con iniciativas privadas como la suya.
«Nuestro trabajo debería estar condenado a desaparecer, sin embargo ahora es más necesario que nunca»
Existe una necesidad en materia de prevención que ha trascendido a lo patente, resaltando por ejemplo el papel fundamental que juega la F.A.D. (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) para concienciar a los más jóvenes y también a las familias. Padres y madres que ven como su autoridad está siendo disputada por modelos de referencia como cantantes, presentadores y celebrities que mitifican las drogas, bromean sobre ellas o las usan directamente como parte de su puesta en escena. Además, es importante generar la conciencia social suficiente que termine por reconocer la adicción como una enfermedad crónica grave, llamando a la responsabilidad de toda la gente que influye directamente en la construcción de identidad de los jóvenes para que no usen la droga como un tema atractivo o cargado de diversión.
«a nadie se le ocurriría bromear con un cáncer o una enfermedad letal y la adicción lo es» apunta Antonio Molina
Desde el proyecto Fromm Bienestar, que interviene al mismo tiempo con diversos colectivos como adolescentes, familias y personas adictas, llevan a cabo tareas de prevención. Principalmente en la zona del Aljarafe sevillano, que es donde se sitúa su sede principal y, aunque su equipo se presta altruistamente a cualquier entidad que lo pudiera necesitar o simplemente deseara implantar un programa de prevención en conductas adictivas y consumo de drogas, destacando por ejemplo colegios e institutos, también trabajan en la atención y tratamiento de adicciones, tanto en régimen de ingreso como ambulatorio. Ofreciendo de este modo una mirada mucho más objetiva y real de los devastadores efectos que la cocaína, el alcohol o el hachís produce en quienes desarrollan esta terrible enfermedad. Pero también la cantidad de problemas que acarrea la ludopatía, la adicción al sexo y a la pornografía, a las redes sociales y el teléfono móvil, los videojuegos e incluso las compras.
La incorporación de educadores y educadoras sociales a equipos de tratamiento de adicciones y drogodependencias marca la diferencia.
Por eso, ocho de cada diez sevillanos que recurre al equipo de Fromm Bienestar decide iniciar con ellos su recuperación. Debido en parte a ese factor diferenciador desde la primera consulta, donde un profesional atiende y diseña el itinerario individualizado de intervención, que desarrolla el área de psicología y supervisa el área de psiquiatría. A veces, en colaboración con otras entidades y profesionales externos que dan soporte al programa de rehabilitación completo, desde el ingreso en comunidad terapéutica o vivienda de apoyo al tratamiento, para la desintoxicación y deshabituación en los casos más graves. Hasta la atención ambulatoria grupal o individual, llevada a cabo por psicólogas especializadas. Y, por supuesto, el acompañamiento y seguimiento que realiza la figura del educador social, centrándose principalmente en la adecuación de los recursos materiales y humanos, la coordinación entre dispositivos y profesionales, la intervención socioeducativa con pacientes y familias, además de la dirección general del proyecto. Un proyecto que aspira a convertirse en la revolución del tratamiento de adicciones en Sevilla, con un nuevo concepto de intervención y un equipo humano que se sitúa como el mejor valorado de Andalucía en los últimos dos años.