¿Cómo llegan las posturas nacionales al Eurogrupo? Por: María G. Zornoza
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Los ministros de Finanzas de la zona euro se dan cita este martes en un encuentro clave para abordar la respuesta financiera al Covid-19. Las posturas llegan muy distanciadas. La opción de Alemania es echar mano del MEDE, el fondo de rescate. Países Bajos, Austria y Finlandia solo lo aceptan con condicionalidad. E Italia ya advierte de que no aceptará esta vía de salida. También genera discrepancias el Plan Marshall que exige España.
Alemania llega al Eurgrupo con una postura muy en línea de la defendida por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Aplaude las iniciativas selladas hasta la fecha –la compra de bonos por valor de 750.000 millones del BCE o la iniciativa SURE para desempleo y la flexibilidad fiscal del Ejecutivo comunitario-, pero asume que es necesario dar un paso más ante la peor crisis de la UE desde su fundación. Su apuesta para la cita de esta tarde es el MEDE, el fondo de rescate creado durante la crisis de la zona euro que cuenta con una bolsa de de hasta 410.000 millones de euros y podría dar líneas de financiación de hasta un 2% del PIB de país. Berlín estaría dispuesto a emplearlo sin condicionalidad, una de las cuestiones claves del debate.
Italia considera el MEDE como una herramienta “inadecuada”. Su primer ministro Giuseppe Conte volvió a rechazarlo en un discurso en televisión durante la pasada noche. El país camina hacia una de las peores recesiones de las últimas décadas y abrigarse en este mecanismo acarrea la estigmatización de rescate financiero y de la troika.
Por su parte, Países Bajos, el líder de los halcones, acepta la solución alemana de hacer uso del fondo de rescate, pero exige condicionalidad macroeconómica una vez que pase la crisis sanitaria. Un escenario que comparte junto a Austria y Finlandia. Más flexibles que con el país helenos, pero que supone de alguna forma rescates en el futuro. El país de los tulipanes abandera junto a Austria la oposición más férrea a la mutualización de deuda, los conocidos como coronabonos.
La de los coronabonos es la opción más ambiciosa y está respaldan hasta nueve países de la zona euro. Los líderes de Francia, España, Italia, Bélgica, Irlanda, Eslovenia, Portugal, Grecia y Luxemburgo ya dejaron clara a través de una carta a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, su apoyo a la emisión de coronabonos en tanto que consideran que esta situación excepcional “requiere medidas excepcionales”.
¿Y cómo llegan las instituciones europeas? La tarde del lunes, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, Charles Michel, presidente del Consejo, y Mario Centeno, presidente del Eurogrupo, mantuvieron una videollamada para preparar el encuentro. La cita concluyó con un comunicado conjunto que reiteraba el “mucho margen” que existe “para la solidaridad europea dentro de los instrumentos e instituciones existentes”.
El Ejecutivo comunitario llega dividido después de que sus comisarios de Economía y Mercado Interior se mostraran públicamente favorables a los coronabonos, mientras la presidenta se pone de perfil en esta decisión. Por su parte, el periódico El País revela que el holandés Mark Rutte y la canciller alemana Angela Merkel han apartado a David Sassoli, presidente de la Eurocámara, de la toma de decisiones por temor a que influyera la balanza hacia las propuestas del sur.
Por su parte, Francia, como avanza ElEconomista presentará un fondo de recuperación económica temporal capaz de emitir deuda en hasta un 3% del PIB europeo. El instrumento tendría una vigencia de entre cinco y diez años y emitiría deuda con garantía de todos los Estadis miembros y bajo la batuta de la Comisión Europea.
España, que es uno de los países que más se juega, ha mantenido un silencio ortodoxo sobre sus expectativas y hoja de ruta para esta cita. En una tribuna publicada en varios medios europeos, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, advierte de que la UE se juega su futuro en esta crisis. Madrid apuesta por la mutualización de deuda y exige un Plan Marshall de reconstrucción europea basado en una economía de guerra. Este es también un tema divisorio, ya que la Comisión Europea plantea hacer de los presupuestos comunitarios este plan Marshall. Una opción muy descafeinada para las capitales más golpeadas por el Covid-19.
Antes del inicio de la cita, Nadia Calviño, vicepresidenta a cargo de Economía, ha afirmado que las medidas sobre la mesa son un buen punto de partida pero insuficientes. Sin embargo, al contrario que las marcadas posiciones anteriores, Madrid no dibuja propuestas o cifras concretas de cara a este Eurogrupo. “La etiqueta no es lo importante en estos momentos, que sean eurobonos o coronabonos es lo secundario, lo importante es que estemos unidos en los mercados financierons para recuperarnos sin que aumenten las divergencias”, ha señalado.
El Ejecutivo español busca la “respuesta más ambiciosa” posible, pero sin levantar el tono demasiado o apuntalar líneas rojas. Quiere sacar de la cita “soluciones que aseguren que países, empresas y ciudadanos puedan afrontar la situación con las mismas condiciones” una vez superada la crisis sanitaria de la pandemia utilizando “todos los mecanismos existentes” u “otros novedosos”. Calviño ha descartado que su país necesite acceder al MEDE «porque no tiene problemas para colocar deuda en los mercados» y aboga por una fondo de recuperación económica para abordar de forma conjunta “proyectos e inversiones” de futuro. En conclusión, no entra en la forma de los mecanismos a emplear, pero exige un plan de reconstrucción económica así como medidas efectivas y conjuntas en el corto y largo plazo.