Varios muertos y detenidos al desarticular el grupo del «Rambo venezolano»
Sergio Pérez García
Redacción Noti América
El piloto Óscar Pérez fue acorralado en el suburbio caraqueño de El Junquito y se desconoce su suerte tras el operativo en el que dos policías perdieron la vida.
El régimen de Nicolás Maduro anunció este lunes el desmantelamiento del grupo de Óscar Pérez, el piloto que lanzó un mediático ataque contra el Tribunal Supremo de Venezuela desde un helicóptero. El Gobierno reconoció que hubo varios muertos en la operación, pero sin especificar cuántos rebeldes fueron abatidos. En un comunicado divulgado a través de la cadena estatal VTV solo admitió que «cinco» integrantes de la «célula terrorista» fueron capturados y dos agentes murieron en el enfrentamiento. Pérez, conocido como «el Rambo venezolano», se hizo famoso cuando el pasado junio lanzó varias granadas contra el Tribunal Supremo y el Ministerio del Interior desde un helicóptero. Desde entonces fue el fugitivo más perseguido por las autoridades, que habían colgado el cartel de «Se busca» en controles de carretera.
Al cierre de esta edición se desconocía la suerte de Óscar Pérez: si estaba entre las víctimas mortales o entre los arrestados por las fuerzas de seguridad que lo cercaron en El Junquito, un suburbio pobre a las afueras de Caracas. El propio Pérez divulgó varios vídeos sobre el espectacular operativo. En uno de ellos aparecía con el rostro ensangrentado y supuestamente negociando su propia rendición. Asimismo se le veía alertar a la Policía de que no siguiera disparando porque había mujeres y niños en el centro de educación infantil donde se había refugiado.
El Gobierno informó en el comunicado sobre el desmantelamiento de «un peligroso grupo terrorista» tras un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. Les responsabilizó de robar un helicóptero oficial, de «crímenes atroces» y de «ametrallar y lanzar artefactos explosivos» contra edificios gubernamentales. También recalcó que «pusieron en gravísimo riesgo la vida de personas inocentes, incluso la de niños de preescolar». Según la información oficial, los rebeldes iban «fuertemente pertrechados con armamento de alto calibre, abrieron fuego contra los funcionarios encargados de su captura e intentaron hacer detonar un vehículo cargado de explosivos». El saldo del operativo fue de dos policías muertos y cinco heridos graves, así como un número indeterminado de rebeldes abatidos y cinco detenidos.