Vinicius y Mariano firmaron la última victoria del Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Fue ante el Barça. Fue en marzo de 2020. Fue casi en otra vida. Pasaron 560 días. Una pandemia. Una Liga. Partidos en Valdebebas. La salida de Ramos. Se marchó Zidane. Y comenzaron unas obras que convertirán el histórico estadio en el más moderno de Europa en pleno paseo de la Castellana.

Lorenzo Sanz

El público volvía a ver al Real Madrid en directo. Las irracionales reglas del Gobierno solo permitían el 60% de aforo en los estadios de España mientras en Inglaterra la afición vuelve en masa y los contagios están controlados. El club blanco fijó 20.000 espectadores porque con las obras hay menos capacidad. Se dieron cita algo más de 19.000, entre ellos los obreros que trabajan cada día levantando una megaconstrucción que el Real Madrid quiere estrenar en diciembre de 2023.

Lorenzo Sanz fue el protagonista en los prolegómenos del partido. Florentino Pérez quiso para su predecesor en el cargo un homenaje a la altura del gran presidente que llevó al Real Madrid al siglo XXI. Allí estaba Casillas, Guti, Hierro, Salgado, Mijatovic, Arlaukas o Antúnez junto con todos los trofeos que conquistó en su mandato. También la familia Sanz agradeció al madridismo su apoyo desde aquel 21 de marzo de 2020 cuando, en pleno caos pandémico y sanitario, el que fuera presidente de la Séptima falleció de covid-19. Tras el homenaje la megafonía del Bernabéu recordó a los exjugadores finados en el último año uno por uno y tuvo palabras para los socios que tampoco están ya. Un regreso lleno de emociones que hacía a los presentes respirar hondo cuando miraban al pasado y recordaban cómo ha sucedido todo. Todavía podían ver anochecer en el cielo de Madrid entre las cerchas del esqueleto del nuevo Bernabéu que se levantaba sobre sus cabezas.

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AP/MANU FERNANDEZ – El jugador del Real Madrid Eduardo Camavinga, en el centro, celebra con sus compañeros de equipo después de marcar durante el partido de la Liga española de fútbol entre el Real Madrid y el Celta de Vigo en el estadio Bernabéu en Madrid, España, el domingo 12 de septiembre de 2021
Caras nuevas

El fútbol. Eso era lo que querían ver los presentes para honrar a los que se marcharon. Un entrenador nuevo y Camavinga era lo poco con lo que podían ilusionarse tras el fracaso en el fichaje del Mbappé. La alineación no convencía al público. Valverde y Casemiro llegaron el viernes por la tarde y el virus FIFA les tenía agotados. En el campo no desentonaron, pero eran incapaces de seguir las jugadas. Ese agujero que empezaba a formarse en el centro del campo atravesó la defensa. Militao, Nacho, Miguel Gutiérrez y Carvajal para hacer olvidar a Ramos y a Varane. No fue la mejor noche para volver el Bernabéu. Faltó liderazgo atrás. La lesión de Alaba obligó a Ancelotti a poner a una pareja de centrales con pocas horas de vuelo y se notó. Miguel Gutiérrez es otra de los diamantes de la cantera blanca. Un jugador formado en el centro del campo y hasta de segundo punta que tiene una capacidad asombrosa de moverse en el campo. Pero con carencias en el repliegue defensivo que le llevaron a regalar el balón del primer gol. A eso hay que añadir que el Celta tiene buena pólvora arriba con Aspas y Mina.

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REUTERS/SUSANA VERA – Aficionados del Real Madrid
Defensa

Dice Manolo Sanchís que los defensas del Madrid juegan con metralleta. Que cuando fichaban a un central y preguntaba cómo era posible que defendieran tan alocadamente, el ‘5’ blanco respondía que muchas veces tocaba rezar. Así ha sido la defensa del Real Madrid históricamente. Atacar estaba en el ADN y defender era el mal necesario. El Celta llegó al Bernabéu a proponer su fútbol alegre de ataques directos y eso duele mucho en la defensa blanca. Benzema hizo el 1-1 y Mina el 1-2. El centro del campo sufría y eso que Modric sacaba sus balones y defendía los de Casemiro y Valdeverde. El nivel del croata en la historia blanca puede rozar al de Zidane y eso es mucho decir.

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ACTION IMAGES/JOHN SIBLEY – Fotografia de archivo, Lorenzo Sanz el presidente del Real Madrid sostiene el trofeo de la Liga de Campeones de la UEFA con Michel Salgado

En la segunda parte el Real Madrid siguió desatado en ese alucinante correcalles en que los dos equipos convirtieron el partido para deleite del público. Benzema anotó el 2-2 y toma los mandos del gol porque a Jovic no se le espera y Bale tiene otras prioridades. Vinicius estiró aquel partido de 2020 ante el Barcelona. Si aquel día recorrió la banda y dejó sentado a los jugadores azulgranas, ante el Celta era un cuchillo por la banda izquierda. Marcó el 3-2 en un mano a mano de los que estuvieron a punto de costar su futuro de blanco y lo celebró saltando la valla y abrazándose al público. Un gesto definitivo para recuperar la normalidad. Quizá excesivo, dirán los puristas de la pandemia, pero necesario.

Camavinga

El Celta no bajó los brazos porque sabía que allí había cuatro equipos. Dos que atacaban y dos que defendían sin nadie más en medio. Nolito tuvo una buena ocasión, pero Modric entró por la autopista que le abrieron los defensas celestes, la pegó con el exterior de la derecha en su típico golpeo y Camavinga recogió el rechace de Dituro para anotar su primer gol con la camiseta del Real Madrid. El francés dejó detalles interesantes, pero, a sus 18 años, tiene mucho camino que recorrer. Benzema marcó el penalti del 5-2 que le hicieron a Vinicius.

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AFP/ GABRIEL BOUYS – El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema lanza un penalti y marca el quinto gol de su equipo durante el partido de fútbol de la Liga española entre el Real Madrid CF y el RC Celta de Vigo en el estadio Santiago Bernabéu, el 12 de septiembre de 2021

El Real Madrid goleó en el regreso al Bernabéu. El fútbol quedó en segundo plano, pero la victoria valía 3 puntos y no los podían dejar escapar. A Ancelotti no le gustaron los primeros minutos de partido y tiene mucho que ajustar para afrontar con garantías el resto de temporada. De momento, el Inter en Champions y el Valencia en Liga. Cinco goles, 500 días y muchos recuerdos en memoria de los que se fueron.