El día que Sergio Ramos presentó la segunda parte de su documental en Amazon tentó demasiado a la suerte. A la mala. Estaba en la gran dinámica de rendimiento que le ha acompañado siempre. Goles, títulos, internacionalidades, renovaciones… todo de cara para el gran capitán del Real Madrid que soñaba con Eurocopa y Juegos Olímpicos para pisar el olimpo de los futbolistas.
Pero llegaron las lesiones. Ramos es un jugador que no ha tenido muchas bajas a lo largo de su carrera. Los músculos fallaban de vez en cuando pero casi todo era recuperable en apenas 10 días. Su cuerpo esta preparado genéticamente y, además, trabaja en el gimnasio muchas horas para ganar fuerza.
Todo empezó con una lesión de rodilla tras el partido de Supercopa contra el Athletic de Bilbao en febrero de 2021. El menisco de su rodilla no aguantó un tratamiento conservador porque necesitaba cirugía cuando antes para empezar a mejorar. Los meniscos no son una lesión que corte carreras. En el caso de Ansu Fati nunca quedará claro qué pasó tras la operación y, en el de Ramos, tampoco se conoce si el problema es la rodilla o del sóleo de su pierna izquierda.
Sergio Ramos fichó por el PSG lesionado. Los reconocimientos médicos fueron favorables menos en el caso de la rodilla y el sóleo, pero todo indicaba a que se podría solventar en unos meses de tratamiento. La Ligue1 empezó con un equipo histórico con Messi, Neymar y Mbappé y el objetivo de ganarlo todo. Pero Ramos no entrenaba con el resto de sus compañeros.
Se habló hasta en dos ocasiones de su debut. Pochettino no sabía cómo salir del paso cuando le preguntaban en rueda de prensa. Desviar las miradas de Ramos no era muy difícil teniendo en cuenta la constelación de futbolistas que hay en París. Una lesión, un empate, Florentino Pérez hablando de fichajes o Leonardo contestando. Todo menos mirar a Ramos.
Ahora ha sido Le Parisien, el periódico de cabecera del PSG, el que ha deslizado oportunamente que el club galo podría rescindir el contrato del sevillano. No es una locura porque lo normal sería que en las cláusulas se fijase una puerta a que las partes disolviesen la situación si la lesión se alargaba. Eso filtra ahora el PSG en los medios porque no pueden soportar más la ficha de un jugador que no acaba de rendir de ninguna manera.
Por otro lado, Leonardo, con su vehemencia habitual, se despacha con la prensa en términos subidos de tono. Acusa a los medios españoles de ensuciar la situación y se lava las manos de una posible salida.
La vida deportiva de Sergio Ramos se complicó un buen día de febrero y siete meses después no parece que tenga buen final. Aunque París bien vale una misa.