Estados Unidos es la nación más rica y poderosa del mundo, con avances culturales, científicos, tecnológicos y económicos de enorme envergadura. Pero también es un país en el que se experimentan agudas carencias y dificultades en materia de educación, sobre todo en las escuelas públicas que sirven a poblaciones de escasos recursos.
Cassie Norton, maestra de una escuela intermedia en Nashville, Tennessee. (Captura de video / FB-NowThis / Metro Nashville Public Schools)
Fuente: https://es-us.noticias.yahoo.com / Jesús Del Toro
La emotiva intervención de la maestra Cassie Norton, de una escuela intermedia pública en Nashville, Tennessee, durante una reunión de su Junta Directiva es un reflejo de la dura realidad que con frecuencia enfrentan los profesores estadounidenses en su afán de mitigar los sufrimientos y las carencias de sus estudiantes y proveerles de instrucción y esperanza.
“Soy maestra de primer año, estoy algo alterada porque he tenido un día difícil, como estoy segura lo han tenido muchos de nosotros que vinimos aquí directo desde la escuela. No sé si podré seguir enseñando para siempre y eso me hace sentir triste porque esta no es mi primer carrera. Regresé a la escuela para ser maestra y realmente amo a los estudiantes con los que trabajo”, comentó Norton a la audiencia, con una voz a la vez dulce y emocionada.
De acuerdo al sitio web de la escuela donde ella enseña, Norton estudió inglés, historia y religiones del mundo en la Universidad de Ohio y una maestría en educación en la Universidad Vanderbilt, además de haber tenido experiencias profesionales en el servicio de voluntariado AmeriCorps y dando clases en un museo de ciencias.
Al disculparse por no haber preparado un discurso especial para la ocasión, Norton explicó que “pensé que tendría tiempo de preparar una declaración para hoy, pero me desperté temprano para hacer calificaciones y luego me fui temprano a la escuela porque coordino un club para estudiantes LGBTQ que funciona antes del comienzo de clases, lo que amo pero es difícil porque ellos con frecuencia no se sienten queridos por los adultos en sus vidas, así que mis días empiezan de modo un poco difícil con ellos…”.
Norton añadió, para ahondar en el compromiso que ella tiene más allá de simplemente dar una instrucción a la hora de clase, que “entonces para planeación tuve dos juntas diferentes… y a la hora del almuerzo tuve en mi salón a un alumno que estábamos registrando hoy para clases de high school, y él tuvo un ataque de ansiedad ante la transición a high school. Entonces estuve sentada con él en el almuerzo y no tuve tiempo para planear una declaración”.
Y aunque en ciertos aspectos escuelas públicas como la de la joven maestra Norton están en mucho mejores condiciones que planteles en países subdesarrollados, las limitaciones que enfrentan ante la situación de pobreza o desasosiego de muchos de sus estudiantes son considerables.
Para ilustrarlo ella se refirió a la falta de capacitación que muchos maestros enfrentan para encarar de la mejor manera crisis de mal comportamiento o problemas emocionales de sus estudiantes: “pienso en cuánto recae sobre nosotros…, realmente no nos dan ningún apoyo socio-emocional. Me enorgullecí cuando escuché que Nashville es una ciudad comprometida con prácticas restaurativas [técnicas de comunicación afectiva para atender mal comportamiento de los estudiantes en lugar de castigarlos]… Pero no hacemos lo suficiente. Muchos de los maestros con los que he hablado que han estado enseñando por mucho más tiempo que yo están frustrados con las prácticas restaurativas porque sienten que no dan suficiente apoyo para hacer que funcionen, nunca se les entrenó realmente para ejercerlas, no hay nadie en el plantel que los ayude. Entonces todos estamos en una suerte de conflicto por algo en lo que creemos pero no sabemos cómo aplicar y para lo que no hemos recibido apoyo”.