Cómo transformar la economía de América Latina hacia la descarbonización y un mejor futuro
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
¿Cómo puede la región alcanzar los objetivos del Acuerdo de París siguiendo una ruta de descarbonización profunda? ¿Qué beneficios tiene el uso de información georreferenciada para la evaluación social y ambiental? ¿Qué recomendaciones se deben tener en cuenta para prevenir, responder a y gestionar el riesgo de contagio de COVID-19 en proyectos de desarrollo a continuación las respuestas a estas y otras preguntas .
Sin duda el tema que acapara la atención mundial es el control de la pandemia y los planes de recuperación post COVID-19. Si bien es necesario y urgente atender la crisis sanitaria, esto no debe hacernos perder de vista otra amenaza que enfrenta el planeta: la crisis climática.
La pandemia obligó a postergar la COP26 hasta noviembre de 2021 (cumbre del clima en la que se esperaban consensos definitivos para impulsar una acción climática ambiciosa); sin embargo, los esfuerzos para combatir la emergencia climática no deben ralentizarse.
Alcanzar el objetivo del Acuerdo de París requiere llegar a cero emisiones netas
Para lograr el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura promedio mundial entre 1.5°C a 2°C, y así evitar consecuencias devastadoras para el planeta, se requiere llegar a cero emisiones netas de carbono entre 2050 y 2070. El reciente anuncio de China de convertirse en carbono neutral para 2060, el Plan de Descarbonización de Costa Rica y las estrategias de descarbonización a largo plazo en proceso de diseño en Chile, Colombia y Perú son una muestra del compromiso hacia este objetivo.
Los compromisos nacionales de reducción de emisiones (NDCs por sus siglas en inglés) actuales no son suficientes para alcanzar el objetivo global, pudiendo conducir al planeta a un calentamiento de más de 2°C. Se necesitan NDCs más ambiciosas y alineadas con las estrategias de largo plazo para descarbonizar las economías y generar hasta 15 millones de empleos nuevos en la región durante la transición. ¿Y cómo nos alejamos del carbono? Seis equipos académicos (de Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú) se hicieron la misma pregunta.
Mediante el proyecto Rutas de Descarbonización Profunda (DDPLAC por sus siglas en inglés), se analizaron qué transformaciones son necesarias en cada país para alcanzar cero emisiones netas en la segunda mitad del siglo, identificándose como áreas clave para la reducción de emisiones la generación de electricidad, el transporte de pasajeros, y la agricultura, silvicultura y otros usos del suelo (AFOLU). Los resultados de cada equipo están publicados en una edición especial de Energy Strategy Reviews, y compilados en una síntesis que tradujimos al español.
Lograr un crecimiento económico y descarbonizar al mismo tiempo es posible
El análisis tomó en cuenta tanto objetivos de desarrollo como de reducción de emisiones. Los estudios demuestran que se puede disociar el Producto Bruto Interno (PBI) de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El escenario de descarbonización profunda muestra que la mayoría de los países alcanza un sólido crecimiento económico a la vez que las emisiones por unidad de PBI disminuyen cerca de un 80% en casi todos los casos.
¿Cómo se logra esto? A través de la generación de electricidad limpia y el cambio a combustibles de cero emisiones; la planificación urbana, el cambio de modo de transporte y la electrificación del transporte de pasajeros; y la agricultura sostenible intensiva y la reforestación.
Con relación a la electricidad, los seis equipos contemplan la electrificación de vehículos, edificios e industria, para lo cual la generación de electricidad limpia aumenta entre 182% y 428% al 2050. Además, se consideran la descarbonización de la producción de electricidad, la cual se logra con distintas mezclas en cada país de energía eólica, solar, hidráulica, nuclear y de combustibles fósiles o biomasa con captura y almacenamiento de carbono.
En la mayoría de los países, un factor clave para la descarbonización del transporte de pasajeros es la reducción del uso de automóviles y vehículos de dos ruedas a favor del transporte colectivo. Esto se logra a través de la planificación urbana para reducir las distancias y tiempos entre actividades; el desarrollo de un transporte público eficiente, asequible y seguro; y cambios de comportamiento que favorezcan actividades locales y el teletrabajo.
Aun así, la movilidad individual motorizada no va a desaparecer, lo cual hace necesario el cambio a autos con cero emisiones. La electrificación de los vehículos, en particular, es clave para la descarbonización. Por ejemplo, todos los equipos contemplan cierto nivel de cambio hacia autobuses eléctricos urbanos. Se requiere que tecnologías con cero emisiones se conviertan en la nueva norma para la industria del transporte a nivel internacional para propiciar su producción en masa y garantizar que sean asequibles.
Por otro lado, lograr cero emisiones netas de la agricultura, silvicultura y otros usos del suelo (AFOLU) es un desafío dada la creciente demanda de alimentos y las exportaciones agrícolas en la mayoría de los países. La descarbonización en este sector se logra principalmente a través de la reducción de emisiones del cambio de uso del suelo. De este modo, considerando las emisiones provenientes del cambio de uso del suelo, México y Costa Rica ya son sumideros netos de carbono, mientras que en Argentina, Colombia y Ecuador los equipos proyectan emisiones negativas netas para el 2050.
Perú presenta emisiones positivas de la deforestación que superan a las negativas de la forestación y la reforestación. El equipo peruano fue el que más discutió instrumentos de políticas para lograr la descarbonización en este sector, incluyendo la asignación y aplicación de derechos de uso para bosques primarios, la gestión forestal sostenible, la reforestación en áreas degradadas, incentivos y capacitación a las comunidades indígenas para la conservación de bosques, y mejoras en la gestión de áreas naturales protegidas.
La descarbonización es pieza clave para la recuperación sostenible
Estudios como el de DDPLAC son fundamentales para los procesos de formulación de las políticas climáticas nacionales, las estrategias de largo plazo para la carbono-neutralidad y la actualización de las NDC. En esta línea, el BID ya está apoyando a los gobiernos de la región, específicamente a Colombia, Chile y Perú, en el análisis de rutas de descarbonización para definir estrategias de largo plazo mediante una técnica innovadora de Toma de Decisión Robusta (RDM por sus siglas en inglés). Ésta permite definir de manera conjunta con los diversos grupos de actores de la economía opciones de descarbonización que estén alineadas con los objetivos de desarrollo en cada sector.
Por otro lado, el estímulo económico para la reactivación post pandemia es una oportunidad para integrar aspectos de sostenibilidad a largo plazo incluyendo criterios de descarbonización y resiliencia. Utilizar las estrategias de descarbonización para guiar la recuperación sostenible puede crear puestos de trabajo y generar beneficios económicos y sociales, garantizando la recuperación a corto plazo y la construcción de un futuro más sostenible e inclusivo. ¡Es hora de pisar el acelerador!
Fuente: Blog del BID